La revista Ellos&Ellas convocó a un exigente jurado para calificar a los más elegantes de esta Tres Veces Coronada Villa. Pero también a quienes no la achuntaron.
Como todos los años, la revista Ellos&Ellas se empeña en mostrarnos quienes son las personas más elegantes de Lima y de esta lista, que es bastante extensa, no se salvan ni ellos. Y la entregan con una condición: ¡Que nadie se pique!
Empezaremos con las más elegantes. En esta lista figuran, cómo no, la diseñadora Ani Álvarez Calderón, la bloguera Talía Echecopar y la presentadora Astrid Fiedler, entre otras que se pondrán felices cuando vean la publicación que sale a la venta el martes 30 de diciembre.
En el caso de las peores vestidas aparecen la congresista Martha Chávez, la modelo Mariana Larrabure quien supo dosificar los brillos que vistió en una ocasión y muchas otras que usaron vestidos extremadamente ceñidos, tan cortos que no dejaron nada a la imaginación, o que usaron un vestido confeccionado con pequeñísimas placas metálicas que dejaban traslucir las prendas interiores y quienes abusaron de los colores neón.
La lista menciona también a las chicas brillantes o sea aquellas que abusaron de los brillos. Son muy pocas las que se salvan, una de ellas es la diseñadora Ana María Guiulfo pero no fue el caso de Viviana Rivasplata. También están las enemigas del sastre cuyo pecado central es no preocuparse por la basta de sus vestidos y palazzos que terminan trapeando el piso. Y las muy poco fashion que tienen como factor común que siempre dejan al descubierto los tirantes de sus brassieres. Y la lista sigue.
En el caso de los caballeros en este listado aparecen como los más elegantes el museólogo Álvaro Roca Rey, el diseñador Gerardo Privat, el empresario Ricardo León Dueñas, el empresario de seguros Johnny Brignardello, el soltero codiciado Pepe Lolas, el modelo Dusan Prica, el presidente de Confiep Alfonso García Miró y el joven torero Andrés Roca Rey.
La lista de los peor vestidos incluye a Pablo Villanueva Melcochita y el músico Pelo Madueño. También a algunos jóvenes que se pusieron pantalones “pasa río” y otros que no les subieron la basta o que se pusieron una talla que no les corresponde. Y la lista se completa con los amigos de color en el que muy pocos logran salir airosos.
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