La actriz confiesa, además, que besar a Sam Shepard ´fue algo muy raro´ y dice que ´los europeos están emigrando a nuestras tierras porque en las suyas no queda mucha esperanza, solo iPhones´.
La actriz peruana Magaly Solier manifestó que tras haber sido dirigida por Fernando León de Aranoa (“Amador”) y Mateo Gil ("Blackthorn”), desea continuar llevando su talento a nuevos escenarios.
“Por supuesto, me gustaría seguir trabajando con directores españoles, también europeos, africanos, asiáticos, latinos… ¿Quién no querría en el cine americano?”, dijo en una entrevista para la web Toumai.
En otro momento, Solier, quien ha protagonizado también las cintas “La teta asustada” y “Madeinusa”, confesó que a pesar de haber cosechado once premios en su historial, aún no se considera una actriz. “Intento serlo”, añadió.
“Quiero aprender cada vez que lo hago, con los actores, directores, guionistas… con quienes me toca trabajar, con los proyectos que escojo, pero, sobre todo, con los personajes que me ofrecen y acepto darles rostro, voz y vida”, explicó.
En cuanto a uno de sus últimos trabajos, “Blackthorn”, Magaly contó que el mayor reto durante las grabaciones fue el clima y la altura.
“A mí me afectó un poquito no la altitud, si no la latitud, pero yo ya había rodado antes a más de 5.000 m en Arequipa, durante la película Altiplano. Además soy de los andes, vivo allí, el paisaje me era y es muy familiar, me sentía como en casa”, indicó.
“La parte dramática ya es un trabajo aparte, debía estar enamorada de James Blackthorn. Debo decir que besar a Sam Shepard fue algo muy raro. ¡Era como estar con una película viviente!”, señaló entre risas.
Finalmente, la actriz peruana aseguró que tras rodar su próximo gran estreno, el film inspirado en la princesa inca Ñusta Huillac, comprendió que “los europeos están emigrando a nuestras tierras, porque en las suyas ya no queda mucha esperanza, solo iPhones”.
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