Petra Anderson sufrió heridas de bala en la cabeza, pero gracias a una anormalidad en el cerebro ya se encuentra camino a la recuperación. ´Es un milagro´, dijo su pastor.
Una de las víctimas del atentado en un cine de Aurora, en Colorado, salvó de morir debido a una malformación genética en el cerebro, informó CNN.
Petra Anderson, de 22 años, sufrió múltiples heridas de bala en el ataque. Tres pedazos de plomo de escopeta golpearon el brazo y entraron por su nariz al cerebro.
La lesión pudo ser fatal, pero gracias a una anormalidad en el cerebro ya se encuentra en el camino a la recuperación total, informó Brad Strait, pastor de la Iglesia Presbiteriana de Cherry Creek en Denver.
"El médico explica que el cerebro de Petra ha tenido desde su nacimiento un pequeño defecto en él. Se trata de un pequeño canal de fluido que atraviesa su cráneo de líquido de la parte delantera a la parte trasera, como una pequeña vena de mármol, o un pequeño agujero en una tabla de roble", refirió.
"Al igual que una canica, a través de un pequeño tubo, la bala atravesó los canales de la nariz de Petra cruzó su cerebro y se estacionaron en la parte posterior de él. En el proceso, la bala se pierde en las áreas vitales del cerebro. En muchos sentidos, casi se pierde en el cerebro mismo", continuó.
"En el cristianismo lo llamamos gracia proveniente: Dios ha trabajando con anticipación para un particular evento del futuro. Es como si Dios planificara el recorrido de una bala en un cerebro mucho antes de que Batman se eleve. Veintidós años antes", sentenció.