Un sujeto le disparó en la cabeza a Marisela Escobedo (52) mientras se manifestaba frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua por la muerte de su hija.
Una mexicana, que luchaba desde hace dos años para que se hiciera justicia en la muerte de su hija, fue asesinada por un sujeto que le disparó en la cabeza mientras se manifestaba frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, confirmó hoy el gobernador de ese estado, César Duarte.
Marisela Escobedo Ortiz, de 52 años, fue atacada por un grupo de tres hombres que inició una discusión con ella, uno de los cuales le dio un balazo a quemarropa mientras se manifestaba en la capital del estado, informó la Fiscalía de Chihuahua.
Los hechos ocurrieron anoche, cerca de las 20.00 hora local (1.00 GMT), y tras la agresión Escobedo fue trasladada aún con vida a una clínica donde falleció.
Según la información de la Fiscalía, que se basó en los vídeos de cámaras de seguridad, Escobedo cruzó una calle e intentó huir al sentirse amenazada, pero uno de los individuos la siguió hasta lograr emparejarse a ella y dispararle en la cabeza.
Durante meses Escobedo había encabezado diversas marchas y protestas para exigir al gobernador que se hiciera justicia en el caso del asesinato de su hija, Rubí Marisol Frayre Escobedo, así como contra la impunidad.
La joven Rubí Frayre Escobedo fue asesinada en Ciudad Juárez en agosto de 2008 cuando tenía 16 años supuestamente por su novio, Sergio Barraza Bocanegra, quien fue arrestado en junio de 2009, pero exonerado en un juicio de primera instancia el pasado 30 de abril, tras el que quedó libre.
Posteriormente, un tribunal de casación (segunda instancia) revocó la sentencia y condenó a Barraza, que está prófugo, por el homicidio de Rubí Frayre.
El pasado 12 de diciembre Marisela Escobedo declaró en entrevista a El Diario de Juárez que familiares de Barraza la habían amenazado por llevar a cabo sus propias investigaciones del caso de Rubí.
Tras el crimen de Marisela el gobernador de Chihuahua declaró a la emisora MVS que lo ocurrido ayer es un hecho que le lastima y llena "de indignación" y "frustración".
El gobernador consideró que la víctima fue "un ejemplo en Chihuahua, de vigor, de fortaleza para buscar la justicia en torno a quien asesinó a su hija hace dos años", y anunció medidas contra los jueces que dejaron libre a Barraza.
"Él, confeso, aceptó y él mismo declaró el lugar donde fueron desechados los restos del cuerpo de la hija de Marisela. Esto es lo que a nadie, la verdad, le puede caber en la cabeza la irresponsabilidad de estos jueces que pusieran en libertad a un sujeto altamente peligroso para la sociedad", dijo Duarte.
La ONG Amnistía Internacional (AI) condenó el crimen y lamentó que "una vez más la negligencia de las autoridades federales y estatales para prevenir y sancionar la violencia contra la mujer en Chihuahua ha llevado a que sean los familiares y las organizaciones de derechos humanos los que sufren las represalias por luchar por la justicia y la verdad".
"Las deficiencias del sistema de justicia en los casos de mujeres y niñas asesinadas o desaparecidas en el estado de Chihuahua quedan otra vez demostradas con el asesinato de una mujer valiente que no dejó de presionar a las autoridades para que hagan justicia por su hija", recordó AI.
Sobre el caso también emitieron un comunicado conjunto el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CDHM) y Justicia para Nuestras Hijas, y tres ONG más.
Recordaron en la nota que la activista llegó a solicitar audiencia con el presidente de México, Felipe Calderón, y con el fiscal general de México, Arturo Chávez, pero éstos "se negaron a recibirla".
"Ante tal incapacidad, cantidad de omisiones, desprecio y negligencia, el Estado mexicano es responsable y debe responder inmediatamente por el asesinato de Rubí y Marisela. Ya basta. Ni una más", concluyeron las ONG. EFE
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