Más de un millón de personas acudieron con veneración a este evento, celebrado durante los últimos 172 años en el país latinoamericano.
La representación viviente del Vía Crucis de Iztapalapa culminó ayer con la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret, que fue vista por más de un millón de asistentes que acudieron con veneración a este evento, celebrado durante los últimos 172 años en México.
Este conmovedor capítulo del pasaje bíblico se escenifica ininterrumpidamente en el Cerro de la Estrella del populoso barrio de Iztapalapa, situado en el oriente de la capital mexicana desde 1843 hasta hoy, después de que los lugareños acordasen realizar un acto de acción de gracias a Dios por haber alejado "milagrosamente" la peste.
Durante la procesión, Daniel Agonizantes, quien interpretó a Jesús, estuvo acompañado por otros 144 actores principales (con diálogo), unos 450 extras entre romanos y hombres de pueblo, y unas 6.000 personas que actuaron de nazarenos.
Este año los organizadores dedicaron esta edición al reforzamiento de los valores en la familia y en la sociedad.
"Es el momento de reflexionar en cuanto a los valores dentro de la familia y la sociedad y por ello decidimos este año enviar un mensaje de tradición de orgullo pero también de valores. Es momento de decir: tenemos esa fuerza como mexicanos para dar un paso firme hacia la evolución", dijo a Efe Roberto Guillén, presidente del Comité Organizador de la 172 edición de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.
Los papeles de apóstoles, vírgenes y centuriones son representados por los habitantes de Iztapalapa, quienes algunos llevan más de 40 años participando.
Después, les heredarán sus hijos, que se suman a la escenificación y se encargan de dar vida a Jesucristo, a la Virgen María, Poncio Pilatos y Herodes, entre otros.
"Los papeles principales los realizan siempre los nativos de Iztapalapa pero ahora en este año los de los 6.000 nazarenos, participaron devotos de otros lugares de la capital mexicana pero también del país como Querétaro, Michoacán y Puebla, entre otros", abundó Guillén.
"Esta es mi décima participación como nazareno y lo seguiré haciendo por mucho más tiempo como parte de una promesa que hice en su momento a cambio de la salud de mis sobrinos", comentó a Efe el joven Manuel Castillo, un comerciante y oriundo de este barrio.
EFE
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