La actriz nacida en Israel Natalie Portman dice que se siente nerviosa siendo una judía en Francia, adonde se mudó el año pasado, dos meses antes de los ataques contra la revista Charlie Hebdo.
En una entrevista con la revista Hollywood Reporter, la artista de 33 años Natalie Portman dijo que vivir en París la ha hecho darse cuenta de la profundidad de la diferencias culturales entre Estados Unidos y Francia.
"Ha sido muy interesante. He estado en París tantas veces en mi vida que sentía (al principio) que era muy similar", dijo la ganadora del Oscar a la revista de espectáculos en una entrevista en Los Ángeles, California (oeste de EEUU).
"Pero cuando vives en el lugar, comienzas a darte cuenta de la profundidad de nuestras diferencias culturales", dijo Portman.
Cuando se le preguntó si se sentía nerviosa como una judía en París, respondió: "Sí", y añadió: "Pero también me sentiría nerviosa si fuera un hombre negro en este país. Me sentiría nerviosa si fuera musulmana en muchos lugares".
También dijo estar "muy molesta y decepcionada" por la reelección de Benjamin Netanyahu como primer ministro de Israel, cuyos "comentarios racistas" considera "horrendos".
Portman ganó el Óscar y el Globo de Oro como mejor actriz por su papel en "Black Swan" ("El cisne negro", 2010), en cuyo set conoció al bailarín y coreógrafo francés Benjamin Millepied, quien ahora es su marido y padre de su hijo de 3 años, Aleph.
La pareja se casó en 2012 y se mudó a París en noviembre pasado, cuando Millepied obtuvo un trabajo con el Ballet de la Ópera de París. Dos meses después, yihadistas perpetraron una masacre en las oficinas del semanario satírico Charlie Hebdo.
Portman estaba de viaje al momento del atentado, pero recordó cuando escuchó la noticia.
"Yo estaba con alguien que miraba las noticias y me dije 'dios mío, atacaron París'", comentó. Luego el entrevistador le preguntó si se sintió alterada y ella respondió, simplemente: "Escucha... Yo soy de Israel".
Portman, quien se describe a sí misma como "bastante izquierdista", dijo que encuentra fascinante la política francesa y en particular la cultura de los trabajadores, que van a huelga en un país gobernado por socialistas.
Comparte esta noticia