El afecto es un elemento esencial para el desarrollo de los niños y debe estar presente en todas las etapas de su vida.
“Los estudios han demostrado que los niños que reciben afecto y son tratados con amor desde que están en la barriga de su mamá, van a tener un mejor desarrollo emocional y físico y esto favorecerá su nutrición”, indicó el doctor Elmer Huerta.
Huerta indicó que “es necesario que los niños reciban afecto desde la gestación (a través de palabras y cariños en la barriga), cuando nace (darle lactancia materna) y durante su desarrollo (a través de juegos y momentos en familia”.
Bríndele afecto a los más pequeños:
1. Contacto precoz (desde la gestación)
2. Lactancia materna (apenas nace el niño)
3. Interacción (compartir momentos con los bebés)
4. Juego con el bebé y hazle masajes
¿Y qué pasa cuando van creciendo?
• Preste atención a sus gestos, a su comportamiento, mírelos a la cara. Hábleles y enséñeles.
• En la hora de la comida: Si un niño no desea comer, debemos ponernos en la situación del niño, dialogar y entablar acuerdos donde ni los niños ni los padres se sientan. perdedores.
• No confundir el afecto como derecho de los niños con malcriarlos y consentirlos en todo.
• Baja a los niveles del niño: Si un padre, madre o familiar se agacha o se pone de rodillas para jugar al niño, servirá para que los pequeños se sientan más seguros, pues la mirada estrechará los lazos.
“Los padres que llegan cansados de trabajar deben llenarse de fuerzas para compartir un momento especial con sus hijos. Ya sea para acariciarlos o jugar con ellos. Cuando un niño juega está desarrollando tres aspectos muy importantes de su personalidad, está conociendo el mundo, está aprendiendo a interactuar con los demás y está aprendiendo a manejar sus emociones”, puntualizó.
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