Esto daría carta blanca al Gobierno sirio para realizar acciones permitidas bajo las convenciones internacionales de la guerra.
Los combates en algunas zonas de Siria reúnen las características de una guerra civil, admitió la comisión internacional auspiciada por la ONU para investigar las violaciones de derechos humanos cometidas en el país en los últimos 15 meses.
La comisión presentó ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra una nueva actualización de sus pesquisas, un documento que afirma que "en algunas zonas (de Siria) la lucha reúne las características de un conflicto armado no internacional".
El término de conflicto armado no internacional "es el término legal para hablar de una guerra civil", explicó en una posterior conferencia de prensa Karen Abu Zayd, integrante de la comisión que preside el jurista brasileño Sergio Paulo Pinheiro.
Es la primera vez que una instancia de la ONU (esta comisión independiente fue aprobada por el Consejo de Derechos Humanos en septiembre de 2011) habla directa o indirectamente de "conflicto armado" para referirse a la violencia que sufre Siria.
Pinheiro explicó que el uso de este término y la aclaración de que no se puede aplicar a la totalidad del país es algo muy medido, porque la admisión de un conflicto interno legitimaría determinadas acciones del Gobierno en virtud del derecho internacional.
Fuentes del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijeron a Efe que admitir que hay una guerra civil en Siria "daría carta blanca al Gobierno para realizar determinadas acciones que son permitidas bajo las convenciones internacionales de la guerra".
"En otras palabras, si ahora el Gobierno del presidente Bacher el Asad bombardea un edificio donde sabe que hay civiles bajo el pretexto de que es un objetivo militar está cometiendo un crimen contra la humanidad, pero si lo hace en el contexto de un conflicto reconocido los civiles serán daños colaterales", afirmaron.
"Es normal que (al Gobierno sirio) le interese hablar ahora de guerra, algo que rechazaron al principio", agregaron las fuentes en referencia al mensaje televisado el martes de El Asad, en el que manifestó que el país está "en una situación real de guerra".
El mensaje fue repetido ante el Consejo de Derechos Humanos por el embajador sirio, Faisal al Hamwi, quien declaró que "la crisis en Siria es una verdadera guerra", fruto de "un complot universal cuyo objetivo es colmar los sueños de Israel, el país de la impunidad".
Al Hamwi abandonó la sala del Consejo antes de que comenzara el debate sobre el informe de la comisión, asegurando que no estaba dispuesto a "participar en esta politización flagrante, mientras se ataca al pueblo sirio, chupando la sangre de sus mártires".
Previamente, el representante sirio escuchó el relato de Pinheiro, que destacó que la situación en Siria "ha cambiado drásticamente en los últimos tres meses, a medida que las hostilidades por parte de los grupos armados antigubernamentales adoptan cada día claramente los contornos de una insurrección".
A eso hay que sumar "un flujo de nuevas armas y munición", con destino tanto al Gobierno como a la oposición, que implica "el riesgo de que la situación se agravé aún más en los próximos meses".
La comisión de investigación alerta además de que desde mayo "los asesinatos tuvieron lo que parecen ser razones sectarias".
El documento destaca que los acontecimientos militares de las últimas semanas apuntan a "la creciente dificultad del Gobierno para mantener su control sobre amplias zonas" del país.
Y resalta que la oposición, aunque está muy fragmentada, dispone de "una creciente capacidad para acceder y emplear armas", lo que les permite entablar combates directos con las fuerzas armadas y atacar instalaciones.
No obstante, Pinheiro pidió que no se subestime la capacidad del Gobierno sirio de resistir a la rebelión armada.
"La gente subestima el hecho de que Siria es un Estado consolidado y con unas fuerzas armadas que mantienen una cadena de comando intacta", dijo Pinheiro, quien recordó que el Ejército sirio cuenta con 300.000 hombres y que no ha sufrido muchas deserciones.
"No sé porqué la gente no deserta en grandes números, pero esto es una realidad", manifestó el presidente de la comisión.
EFE
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