Primer amor: padres que se oponen al enamoramiento de sus hijos o hijas

Cuando el amor llega en la adolescencia, este se presenta con muchas ilusiones y emociones; y sobre eso, ¿cuál debería ser el comportamiento de los padres hacia sus hijos e hijas?, ¿cómo comprenderlos sin juzgarlos o reprimirlos?, ¿cómo dar el primer paso para guiarlos en lo que significará el inicio de una relación de pareja estable, sin temores ni traumas en un futuro?

Para los chicos y chicas, el primer amor es una experiencia nueva que puede desbordarlos en sus demostraciones de afecto o en el tiempo que comparten con su nueva pareja. Su mente y corazón estará enfocado en ese nuevo amor que acaban de descubrir y querrán ser más grandes para vivir esa ilusión.

Para los padres, este primer enamoramiento o noviazgo suele ser un dolor de cabeza o preocupación porque derrepente ven que sus hijos e hijas empiezan a flotar en las nubes pensando solo en el chico o chica de quien se han enamorado. Ante ello, no sabrán cómo lidiar con esta nueva situación del amor adolescente.

En esta etapa de la vida de los jóvenes, buscarán juntarse con sus pares y la opinión que de ellos reciban primará a lo que sus padres pudieran decirles. Ese podría ser el inicio de los conflictos en la familia, que conllevaría a una serie de discusiones y problemas entre padres e hijos.

Es aquí cuando los padres deben estar atentos a los cambios de conducta y comportamiento de sus hijos, acompañarlos en su proceso –que no significa invadirlos o inmiscuirse en sus asuntos-, y sin ser demasiado flexibles o rigurosos, orientarlos con respecto a su primera experiencia amorosa.

Muchas veces ante la negativa de los mayores, por temor a confesarles lo que ocurre con sus sentimientos, o empujados por sus amistades, los adolescentes les ocultan que están saliendo con alguien. Eso, a la larga puede traer muchos riesgos y peligros a su integridad, como embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, trata de personas, violencia sexual, trastornos emocionales, rebeldía, entre otros, que podrían ser las consecuencias.

Especialistas en la conducta humana recomiendan a los padres y madres que una buena estrategia sería no prohibir a sus hijos e hijas las experiencias amorosas típicas de la adolescencia, para que estos se sienta queridos y cuidados. Eso sí, es importante que sepan cuándo poner los límites para evitar que los hijos crean que pueden hacerlo todo sin importar las consecuencias.

Es sabido que el primer amor representa un cambio significativo en la vida de cualquier adolescente, pero también se debe tener en cuenta, que la adolescencia es un periodo de grandes contrastes, de emociones fuertes, de inseguridades y de incertidumbres. Por eso, es vital tener una buena comunicación entre padres e hijos para sobrevivir a las turbulencias de la adolescencia.

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