La mayoría de los padres tenemos buenas intenciones al castigar.
Creemos que el castigo es la mejor manera de motivar a nuestros hijos a actuar mejor. Pero, en realidad nos estamos engañando al pensar que estamos haciendo bien si el mal comportamiento se detiene por un momento debido al castigo.
Es por eso, que cuando empezamos a tomar conciencia del efecto a largo plazo de los castigos, nos damos cuenta de que el castigo no educa realmente a nuestros hijos.
Los niños que son castigados se pueden rebelar, o ser complacientes, pero su comportamiento está motivado por miedo a ser “atrapados” o meterse en problemas en lugar de aprender autodisciplina.
Muchos de los padres y madres que usan el CASTIGO como medida disciplinaria para educar a los hijos, piensan que es la solución al problema, sin embargo, se olvidan justamente de eso: educar a los hijos en la SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
Antes de pensar en aplicar un castigo, los padres deberíamos pensar en sus consecuencias. Jane Nelsen, autora de los libros de Disciplina positiva, nos habla de las 4 Rs. de locastigos:
• Resentimiento: “Es inutil, no puedo confiar en los adultos”
• Revancha “Ustedes ganaron ahora, pero yo ganaré después”
• Rebeldía” Yo haré todo lo contrario para probar que yo no tengo que hacer lo que ustedes quieren”
• Retraimiento, esto genera, dos comportamientos: Evasión:” La próxima vez no se darán cuenta” y/oBaja autoestima: “Soy una mala persona”
ENTONCES….¿QUE PODEMOS HACER?
• Identifique el problema.
• Preguntar a los niños qué piensan y sienten respeto a esta situación.
• Haga una lluvia de ideas con preguntas que inviten a los hijos a plantear soluciones.
• Escojan una solución de esa lluvia de ideas y proponga llevarla a cabo durante una semana y luego evalúen su efectividad.
• Si funciona, EXCELENTE!; si no funciona, EMPIECEN de nuevo.
Si castigamos, enseñamos a nuestros hijos que su conducta está condicionada por lo que ocurre fuera de ellos, por lo tanto, no se hacen responsables de sus actos.
Cuando el adulto regula la conducta del niño no hay un proceso reflexivo por parte de él para modificar la conducta. Entonces, en vez de castigar, mejor los ayudamos a asumir y evaluar las consecuencias de sus acciones y reflexionar sobre lo que podrían hacer en vez.
Colaboradoras para Confidencias:
Mariella Vega Swayne
Psicologa- Terapeuta Familiar.
Certified Positive Discipline Parenting Educator
Gina Graham Fachin
Psicologa- Psicoterapeutas.
Certified Positive Discipline Parenting and Classroom Educator
Comparte esta noticia