Miles de manifestantes realizaron marchas, destrozaron oficinas estatales y se enfrentaron a la Policía en rechazo a la subida del coste de los carburantes.
Miles de manifestantes realizaron hoy marchas, destrozaron oficinas estatales y se enfrentaron a la Policía en algunas ciudades bolivianas, en rechazo a la subida del coste de los carburantes decidido por el Gobierno de Evo Morales.
Las protestas se produjeron en El Alto, La Paz, Cochabamba, Oruro y Tarija, si bien el Ejecutivo las minimizó y el ministro boliviano de Gobierno (Interior), Sacha Llorenti, sostuvo que la mayoría de las capitales regionales vivían "una relativa normalidad".
La mayor y más violenta movilización, realizada por más de 15.000 manifestantes, unió con una marcha las ciudades vecinas de El Alto y La Paz, gritando consignas contra el presidente y pidiéndole que derogue el decreto sobre los combustibles, constató Efe.
En El Alto, los manifestantes destrozaron a pedradas una oficina sindical, otra de una federación de juntas vecinales, una municipal, y quemaron y saquearon oficinas estatales de cobro de peaje de la autopista que une esa ciudad con La Paz.
Entre estos manifestantes apareció un encapuchado armado con un rifle que exigió a Morales dar marcha atrás en el aumento de los combustibles, que subieron entre 57% y 82%.
El centro de La Paz estuvo colapsado durante varias horas con la marcha que desde El Alto intentó acercarse a la Plaza Murillo, sede del Palacio de Gobierno, pero la Policía se lo impidió.
"Acabamos de cercar el Palacio de Gobierno. Queremos entrar a hablar con el Presidente pero no nos dejan. El compañero (Evo Morales) tiene que estar preocupado porque la población recién está empezando a reaccionar", dijo el secretario ejecutivo de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, Claudio Luna.
Los manifestantes obligaron a su paso a cerrar todos los comercios, amenazando con pedradas a los que no apoyaran la jornada de protestas.
Pasado el mediodía, esta movilización se dispersó despejando el centro de La Paz, donde en las próximas horas se espera otra movilización dirigida por su alcalde, el opositor Luis Revilla.
En Cochabamba (centro), otros manifestantes se enfrentaron a la Policía hasta lograr que los agentes y un camión antidisturbios desalojaran la plaza principal de la ciudad, donde hubo avenidas bloqueadas por camiones de carga.
Los afiliados a la Confederación de Chóferes de Bolivia también protagonizaron hoy un paro que tuvo un seguimiento parcial, con la misma demanda de que se derogue el "gasolinazo", aunque el sector ya ha transferido a sus tarifas el incremento.
También hubo protestas y bloqueos en Oruro (este) y en la sureña Tarija, mientras que en otras ciudades se esperan movilizaciones para las siguientes horas.
El ministro Llorenti declaró antes del mediodía que las protestas fueron aisladas y protagonizadas por "pequeños grupos", pero que no alteraron la normalidad de las capitales del país.
"Vamos a mantener el orden pero no vamos a caer en ninguna provocación", dijo el funcionario gubernamental.
Las protestas no fueron aplacadas por el aumento salarial del 20% para cuatro sectores anunciado el miércoles por el presidente Morales, como un forma de compensar los problemas causados en la economía familiar por el incremento de los combustibles.
En cambio, varios sectores le reclamaron que esa medida solo beneficie a la Policía, Fuerzas Armadas, maestros y médicos, que son el grueso de los funcionarios que dependen del Estado.
Esta mañana, Morales aseguró que en caso de que él fuera dirigente sindical rechazaría también el denominado "gasolinazo", si bien como mandatario debe cuidar la economía del país. EFE
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