Según la prensa francesa, el exresponsable del FMI admitió haber participado en fiestas libertinas organizadas por amigos suyos.
El exdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn defendió el libertinaje en su interrogatorio ante los jueces, que le imputaron por proxenetismo agravado el mes pasado, según extractos de sus declaraciones publicadas hoy por el diario conservador Le Figaro.
La aparición de estas declaraciones en un diario que ha expresado su apoyo al candidato conservador Nicolas Sarkozy para las presidenciales del próximo domingo, se produce en vísperas de la publicación de un libro del periodista estadounidense Edward Epstein, que considera que el entorno del actual presidente está detrás de los problemas judiciales del exdirector del FMI.
El nombre de Strauss-Kahn ha reaparecido en la campaña electoral francesa a una semana de la segunda vuelta en la que se decidirá el próximo inquilino del Elíseo, puesto al que optan Sarkozy y el socialista François Hollande.
Según las revelaciones de Le Figaro, el exresponsable del FMI admitió haber participado en fiestas libertinas organizadas por amigos suyos, pero dijo que desconocía que en ellas participaban prostitutas, lo que no le sirvió para evitar la imputación por proxenetismo agravado en banda organizada.
Según Strauss-Kahn, el principio mismo del libertinaje se basa en el hecho de que todos los participantes consientan las relaciones sexuales, algo incompatible con la prostitución.
"El libertinaje supone el consentimiento y el placer común, lo que no se produce, que yo sepa, con la prostitución", afirmó el político, que señaló que acudía a esas fiestas porque confiaba en el resto de los participantes y que nunca hubiera confiado en prostitutas "que son objeto de todo tipo de presiones".
Agregó que en ningún momento asistió a conversaciones o situaciones que le pudieran hacer pensar que las chicas que acudían a esas fiestas eran prostitutas.
Además, indicó que no consideraba que las fiestas estuvieran organizadas para que él satisficiera sus necesidades sexuales.
También negó que tratara a las chicas como una mercancía o como material, pese a que esa era la palabra que utilizaba en los intercambios de mensajes con los organizadores de las fiestas.
"Rechazo absolutamente haber cualquier comportamiento de desprecio con las mujeres", afirmó Strauss-Kahn, quien sin embargo reconoció haber utilizado un lenguaje soez.
"No considero a las mujeres como objetos en el libertinaje (...) No hay ninguna relación brutal, ninguna visión degradada de la mujer y ninguna violencia", agregó.
EFE
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