Entre los proyectos que actualmente tiene sobre la mesa ha trascendido la biografía que prepara Rob Epstein sobre Anita Bryant, la cantante norteamericana que se distinguió por hacer campaña contra la homosexualidad.
Fue enterrada viva en "Kill Bill" y estuvo a punto de morir de sobredosis en "Pulp Fiction", pero a sus 43 años Uma Thurman sigue apostando por las emociones fuertes y arriesgando con proyectos como "Nymphomaniac", de Lars von Trier, que se estrenará en Dinamarca el día de Navidad.
Quizá ese amor por el riesgo pueda explicar una carrera que también ha conocido fracasos - "The Producers" (Los productores) o "Motherhood" (Una mamá en apuros)- de los que la actriz norteamericana ha aprendido a ser "humilde", según cuenta a Efe, aunque sin ir más allá de lo razonable, porque "el exceso de humildad puede arruinar a un actor".
"Valentía sin arrogancia: esa es una buena combinación a descubrir en la vida", reflexiona la intérprete en una entrevista por la presentación del calendario Campari de 2014, que ella ilustra.
"¿Emociones fuertes?. A nadie le gustan, es que algunos simplemente no podemos evitarlas. Creo que cada uno tenemos la emoción que merecemos en la vida", indica.
"El cine y las historias son mejores cuando hay algo que te agarra, te hace sentir y pensar... No demasiado, pero un poco", añade.
Con dos hijos de 14 y 11 años de su finalizado matrimonio con el actor Ethan Hawke, Thurman acaba de salir de una nueva excedencia por maternidad -su tercera hija tiene poco más de un año- y vuelve a incorporarse poco a poco al trabajo.
Su papel en "Nymphomaniac", la última provocación de Lars von Trier, es pequeño pero intenso, el de una madre abandonada por su marido para irse con una joven ninfómana, según describe la actriz, que no tuvo dudas al aceptar la propuesta del director danés.
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