"La mataron, la echaron a la calle, se la llevaron a declarar, pero la dejaron en el camino", contó María Martín López cómo desapareció su madre en el juicio que se le sigue al juez Garzón.
Víctimas de la Guerra Civil española (1936-1939) recordaron con suma tristeza cómo se produjo la desaparición de sus seres queridos y su infructuosa búsqueda ante el Tribunal Supremo que procesa al juez Baltasar Garzón por haber tratado de investigar los crímenes del franquismo.
Josefina Musulén Jiménez, de la asociación Memoria de Aragón, relató que un falangista se llevó a su abuelo y a su abuela que estaba embarazada. Un hermano de su abuela fue al cuartel de Falange, donde le dijeron que a su familiar “con el tiro de gracia le había reventado la tripa”.
“Mi padre tuvo que vivir con eso toda su vida”, siguió Musulén. “Fallecido el dictador (Franco), encontramos a amigos de mi abuelo que pudieron contarnos que a mi abuela la habían ingresado en el hospital y que había dado a luz una niña, y que la niña se la quitaron”, mencionó, según publica El País.
La testigo dijo que llevan 33 años buscando a esa niña, la hermana de su padre: “No hay piedra en Aragón que hayamos podido levantar”, mencionó.
Garzón, que adquirió notoriedad internacional por perseguir a represores de las dictaduras argentina y chilena, está acusado de prevaricación a raíz de una querella presentada por una asociación ultraderechista tras haberse declarado competente en 2008 para juzgar los crímenes del franquismo, ignorando la Ley de Amnistía aprobada en España en 1977 al comienzo de la democracia.
Los acusadores piden 20 años de inhabilitación para Garzón, mientras que la fiscalía no comparte la acusación y pide su absolución.
TESTIMONIOS EMOTIVOS.
Los testigos explicaron que acudieron a la Audiencia Nacional -el alto tribunal donde ejercía el magistrado, ahora suspendido de sus funciones- en busca de "justicia", después de múltiples gestiones infructuosas para localizar a sus familiares desaparecidos.
María del Pino Sosa, de 75 años, representante de una asociación de la Memoria Histórica de la isla de Gran Canaria, contó, a preguntas del abogado de Garzón, cómo desapareció su padre.
"Se lo llevaron de casa, los apalearon, los tuvieron presos. Cuando se llevaron a mi padre yo era muy pequeñina. Se nos llevaron el pan y la sal de nuestras casas", afirmó, tras recordar que su madre no aceptó la declaración de fallecimiento de su padre porque "se lo llevaron vivo y vivo lo reclamaba".
Aún más emotivo fue el testimonio de la representante de otra asociación de Memoria Histórica, María Martín López, que a sus 81 años rememoró ante el tribunal lo que ocurrió con su madre el 21 de septiembre de 1936.
"La mataron, la echaron a la calle, se la llevaron a declarar a Arenas de San Pedro, pero la dejaron en el camino y mataron a 27 hombres y 3 mujeres", dijo con voz apenas perceptible la anciana vestida de negro y pelo cano.
Añadió que el cadáver de su madre está en una fosa junto a otros cuerpos y todas las gestiones que ha realizado para recuperarlo han fracasado.
"¿A usted la han ayudado hasta ahora a encontrar a su madre?", le ha preguntado el abogado del juez Baltasar Garzón. "No", respondió. "¿Quieren que esperemos 75 años más?", se preguntaba ya en su casa, en Toledo, después de haber contado su historia ante los jueces del Supremo. "Yo no llego".
En el juicio no ha podido contar todo lo que quería. "Se han quedado muchas cosas en el tintero", lamentaba. Pero sí lo principal, "A mi madre la fusilaron en 1936, con otros 27 hombres y tres mujeres", relató ante los magistrados. No le ha dado tiempo a explicar que ella tenía entonces seis años, una hermana de 12 y otra de dos. Que su padre estaba segando cuando mataron a su mujer.
El abogado de la acusación popular, que ejerce el sindicato ultraderechista Manos Limpias, José María Ruiz, intentó en un momento de la vista cortar la explicación de los testigos sobre las desapariciones, alegando que se está juzgando a Garzón, pero el presidente del tribunal desestimó el intento.
Este juicio a Garzón por intentar investigar los crímenes del franquismo, que comenzó la semana pasada en Madrid, es seguido con preocupación por organizaciones de derechos humanos internacionales y sectores de la sociedad agrupados en una plataforma de apoyo al juez, quienes consideran que es víctima de una persecución política.
Comparte esta noticia