Familiares de desaparecidos y organizaciones de Derechos Humanos estallaron en gritos de ´asesinos, asesinos´, tras conocer el dictamen de la justicia argentina.
Gobierno, víctimas de la represión y dirigentes de organismos de derechos humanos festejaron hoy en Argentina la histórica sentencia a prisión perpetua al dictador Jorge Rafael Videla por considerar que simboliza el fin de la impunidad por los crímenes de la dictadura.
El Tribunal Oral Federal 1 de la central provincia de Córdoba dictó en total cadena perpetua para 16 acusados -entre ellos Videla y el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez-, penas de entre 6 y 14 años a siete procesados, absolvió a otros siete y determinó que los condenados ingresen en prisiones comunes, salvo en cuatro casos pendientes de informes médicos.
En la sala del tribunal, decenas de víctimas de la represión, familiares de desaparecidos y miembros de organizaciones de Derechos Humanos, estallaron en gritos de "asesinos, asesinos" tras conocer el veredicto y desplegaron una bandera con la leyenda "genocidas".
"Olé olé, olé olá, como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar", corearon cientos de personas reunidas en la puerta del tribunal para escuchar la sentencia.
También en Buenos Aires, decenas de personas acudieron a la sede de la Secretaría de Derechos Humanos para seguir paso a paso el final del juicio, que comenzó el pasado 2 de julio y que ha permitido condenar a prisión perpetua por primera vez a Videla tras el proceso a las Juntas Militares de 1985.
"Hoy es un día glorioso, histórico. No creíamos que íbamos a poder llegar a ver a estos represores que eran los amos de la vida y de la muerte sentados en el banquillo de los acusados recibiendo lo que se merecen, justicia legal, jamás por mano propia, cárcel común y perpetua", reconoció en declaraciones a Efe la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida.
A sus 80 años, Almeida admitió que esta sentencia "es como un regalo, un logro dedicado a los 30.000 desaparecidos" durante la dictadura, entre los que figura su hijo Alejandro.
"Estoy segura de que en algún lugar estarán hoy festejando. Yo ya le veo a Alejandro levantando los pulgares y diciendo: dale, vieja, fuerza. Estoy muy feliz", agregó.
Para su compañera Carmen Lorefice, de 85 años, quien también perdió a su hijo en la dictadura, esta es la recompensa por sus "34 años de lucha, de golpear todas las puertas, de vivir siempre pendientes de dónde están" sus hijos desaparecidos.
"Es un día muy especial, es una lucha de muchos años para tanta gente. Es un hecho histórico ver cómo en democracia se pueden juzgar estos delitos de lesa humanidad y a los torturadores e ideólogos de todo lo que pasó", afirmó Alejandro Sandoval, de 33 años, nacido en el centro de detención de la ciudad de Buenos Aires en el que sus padres fueron vistos por última vez.
"Hoy se hizo justicia, por fin va a terminar donde tenía que haber terminado hace muchos años, sólo que ha tenido casi 35 años de impunidad", lamentó Alicia Milia, superviviente de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada de Buenos Aires, donde funcionó el mayor centro de detención clandestina del país.
También el Gobierno argentino celebró una sentencia "ejemplar", en palabras del ministro de Justicia, Julio Alak, quien subrayó que "en la Argentina de hoy no hay otro lugar que la cárcel para los genocidas".
"Quienes se arrogaron la facultad de decidir quién vivía y quién moría y ejercieron esa potestad ilegal con inhumana discrecionalidad para servir a siniestros objetivos, han recibido justo y ejemplar castigo después de haber gozado de todas las garantías del debido proceso que establece la Constitución Nacional", sostuvo Alak en un comunicado de prensa.
EFE
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