El ingeniero Jaime Morales y su equipo estuvieron a cargo del diseño de la seguridad del famoso móvil. RPP conversó con él para recordar su trabajo.
En el año 1988 el papa Juan Pablo II llegó por segunda vez a nuestro país. El terrorismo amenazaba el país y el trabajo para protegerlo de un posible ataque debía ser muy cuidadoso. RPP Noticias conversó con Jaime Morales, gerente de Armor Security, quien estuvo a cargo de diseñar el papa móvil que lo movilizó durante su estadía.
Morales contó que le tomó a él y a su equipo de 22 personas, tres meses diseñarlo y tres meses construirlo. “El padre Jaime Baertl nos pidió que diseñáramos el carro con toda la seguridad necesaria. Se trabajó día y noche, personas del equipo tuvieron que dividirse para hacer dos turnos: mañana – tarde y tarde – noche”.
Equipado ante todo. “El carro estaba a prueba de balas como el fusil”, comentó el gerente. También recordó que el servicio de inteligencia del Estado les había comunicado que Sendero Luminoso tenía planeado atentar contra del papa. “Esto nos llevó a que modifiquemos el plan inicial. Solo íbamos a poner un vidrio que lo protegiera contra armas cortas”.
El papa móvil contaba con un parabrisas curvo con cortavientos laterales para poder pararse y saludar. Durante el recorrido el asiento se elevó para que los fieles pudiesen ver a Juan Pablo II. La cabina donde iba el chofer también estaba blindada. “Trabajamos además en unos estribos laterales al carro para que la guardia suiza [seguridad privada del Vaticano] lo acompañara”.
32 años después. La última vez se requirió solo un móvil con el blindaje necesario. Ahora, según Morales, se requerirán como mínimo tres que estén protegidos contra armas de proyección corta. “Todo dependerá de la logística. Al actual papa no le gusta ir muy blindado. Es más, le gusta ir en vehículos abiertos”.
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