Atleta derrochó belleza y simpatía durante entrega de los galardones Oviedo al presentarse con un vestido en transparencia escotado con apliques de pedrería.
La deportista rusa Yelena Isinbayeva, premio Príncipe de Asturias de los Deportes, fue la sensación de la ceremonia de entrega de estos galardones en Oviedo por su simpatía y belleza.
La plusmarquista mundial de salto con pértiga fue una de las más aplaudidas cuando hizo entrada en el teatro Campoamor y correspondió a los cientos de personas que la vitoreaban con besos y muestras de cariño.
Con la misma esbeltez en sus movimientos que la han llevado a ser la mejor saltadora de todos los tiempos, la atleta de 27 años nacida en Volvogrado encandiló a todos. A ello también contribuyó su vistoso vestido largo de gasa de color beige con apliques de pedrería que irradiaban innumerables destellos.
Isinbayeva corroboró con esa elegancia sus propias palabras de la rueda de prensa que había concedido a mediodía, cuando declaró que el salto con pértiga femenino ha dado "mucho glamour" a un deporte "muy femenino y bello".
No ocultó su emoción cuando el Príncipe Felipe dijo de ella en el discurso: "Merece la admiración y el respeto que todos le tributamos. Nos gustaría que su ejemplo extraordinario se inculcara en la juventud, en todas aquellas personas que desean ser mejores, que aspiran a una vida más saludable".
Isinbayeva también dio muestras de agradecimiento al oír del Príncipe de Asturias: "Supone un orgullo para todos nosotros la concesión del Premio a esta deportista excepcional. A sus 27 años no sólo ha destacado de manera extraordinaria por sus valores humanos y deportivos, sino que ya muy tempranamente ha sido reconocida como la mejor atleta del mundo".
Don Felipe resaltó también que los éxitos de la doble campeona olímpica, única mujer que ha superado los cinco metros y que ha batido 27 plusmarcas mundiales de pértiga, "son el resultado de una voluntad férrea, de una poderosa fortaleza de ánimo, de un valeroso espíritu de superación y de una gran sensibilidad sin la cual nada sería el espíritu olímpico".
Siempre con la sonrisa en los labios, Isinbayeva recogió el premio y cuando acto seguido cumplió con el protocolo de saludar al público, repartió besos por doquier y se ganó una de las mayores ovaciones del acto.
Incluso se pudo apreciar que cuando saludó a la Reina Sofía, ésta desde el palco comentó: ¡Qué guapa!.
Isinbayeva también quiso así corresponder al cariño que ha recibido desde que llegó a Asturias. El jueves tuvo un encuentro con niños en Avilés, que confesó le había "conmovido".
"Había preparada una gran celebración, me sorprendió", dijo en la mencionada rueda de prensa y confesó que estaba con "muchos nervios" pocas horas antes del acto de entrega del Premio, pero la realidad es que no se notó en el teatro porque derrochó alegría y naturalidad. EFE
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