El tenista español señaló que todos los deportistas están bien controlados y se quejó de los excesos que se comenten porque se viola la privacidad.
Rafael Nadal se mostró rotundo al manifestar que está seguro de que "no hay ningún deportista de élite que esté compitiendo y se dope" y apuntó que "esto es imposible a día de hoy".
"No sé si tenemos un problema con el dopaje. Yo no estoy informado de estos temas, estoy al margen. Solo puedo hablar de lo que conozco y creo que no, aunque sí es real que el dopaje existe en cualquier sitio del mundo porque siempre hay gente dispuesta a hacer trampas", apuntó Nadal en el transcurso de una entrevista en "Los desayunos" de TVE.
Nadal argumentó su convicción en la imposibilidad de que un deportista compita dopado. "Nosotros tenemos un régimen de controles antidopaje que es una brutalidad. Yo tengo que decir los 365 días del año dónde voy a estar y tengo que reservar una hora de cada uno de estos días para el control antidopaje. Todos los días esté donde esté".
"A las tres faltas te ponen un año de sanción", matizó Nadal, y dijo que "es un atentado contra la privacidad de los deportistas", lo que no quita, agregó, que es "el primero que quiere un deporte limpio y controles antidopaje como el que más", pero no está de acuerdo con las formas porque le parecen "injustas".
Al hilo de este asunto, Nadal también aludió a los guiñoles de Canal+ Francia, sobre lo que dijo que "forma parte del pasado". "Quiero pensar y estoy convencido de que no tenemos más atención por culpa de unos guiñoles. Pasamos los controles que nos tocan y no más por culpa de que hayan salido unos guiñoles en Francia diciendo o mostrando ciertas imágenes".
"Se han excedido, porque es un ataque contra el deporte español en general, de manera injusta. El deporte español triunfa por los valores que todos sabemos, pero aquí se acaba. También nosotros lo hemos alimentado más dándoles mucha publicidad", apuntó.
A pesar de todo, Nadal dice que se siente querido en Francia pero que en Roland Garros se encuentra menos apoyado. "Mi sentimiento real es que yo soy muy querido en Francia y sobre todo cuando paseo por la calle. La gente me anima, me pide fotos. También es verdad que cuando salgo a la pista el apoyo es menor. El público de Roland Garros es el que menos me ha apoyado", matizó.
EFE
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