Tras empezar perdiendo el primer set, el suizo Wawrinka remontó y logró vencer a su compatriota en poco más de dos horas de juego intenso. Esta es la crónica del encuentro.
Visiblemente emocionado tras el final, con los brazos en alto empuñando firmemente su raqueta, el suizo sabía que al fin lo había conseguido; era el primer Masters 1000 de su carrera y eso había que celebrarlo, aunque reservó un tiempo para saludar afectuosamente al adversario que le dio pelea en las poco más de dos horas que duró el encuentro.
Stanislas Wawrinka venció por segunda vez en su carrera a su compatriota Roger Federer por 4-6, 7-6 (5) y 6-2, al que se le resiste el éxito en el Principado a pesar de haber estado al borde del triunfo en cuatro ocasiones.
Wawrinka remontó y frustró las expectativas del otrora dominador del circuito, que decayó en cuanto el campeón ganó la segunda manga y llevó el desenlace al tercero. El suizo vive una temporada de ensueño. Ya no es sólo el tenista talentoso y prometedor desplazado de los focos por la magnitud de Federer.
El jugador de Lausana, de 29 años, sumó en Montecarlo el séptimo título de su carrera, que añade a los logrados este curso en Madrás y, sobre todo, al Abierto de Australia, el único Grand Slam que presenta su palmarés y su mayor éxito.
Además, presume del triunfo en Estoril, el pasado año, Madrás otra vez en 2011, Casablanca (2010) y Umag (2006). La figura de Wawrinka, que no ganaba a Federer desde que en 2009 se impuso en este mismo escenario, el único donde le ha ganado, se ha disparado definitivamente en 2014.
EFE
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