Lutz Bachmann, lider del movimiento contra la islamización de occidente (Pegida) tuvo que renunciar tras las críticas por la imagen "hitleriana" que subió a su cuenta en facebook.
El líder de los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), Lutz Bachmann, dimitió este miércoles como cabeza visible de ese movimiento por un "selfie" imitando a Adolf Hitler, apenas meses después de irrumpir como de la nada en la política y arrastrar a multitudes con consignas xenófobas.
Cocinero de formación, de 41 años y abultados antecedentes, a Bachmann no le importó hasta ahora alardear de lenguaraz e incluso aludir desde su cuenta de Facebook a sus "problemas" pasados con la justicia, aunque sin revelar sus detalles.
También desde su cuenta en la red social organizó, casi de la nada, ese movimiento sin estructura organizativa ni plataforma clara, desde el que en octubre pasado convocó su primera marcha en Dresde (este de Alemania), que secundaron 350 seguidores, hasta dispararse al récord de 25.000, el pasado lunes 12 de enero.
Se consolidaron así sus concentraciones de todos los lunes, en la capital sajona, donde oficiaba de orador, sin otorgarse el título de líder, pero con clara vocación de agitador.
En sus arengas hizo equilibrios para no incurrir en mensajes más incendiarios de lo que permite la ley alemana y bordeó, sin meterse en líos, la terminología neonazi y la xenofobia.
Esta estrategia se le vino abajo este miércoles, al difundirse una fotografía con el bigote, el porte y el peinado hitleriano, colgada por él en Facebook, en medio de mensajes calificando de "ganado" a los peticionarios de asilo.
La fiscalía alemana abrió diligencias por incitación a la violencia y, casi en paralelo, Bachmann anunció su retirada, presionado por una formación islamófoba que quiere guardar las apariencias y juega a "sintonizar" con las preocupaciones de la gente corriente.
En su pasado hay un nutrido historial de antecedentes penales por robo y delitos relacionados con las drogas.
A mediados de los 80, antes de la reunificación alemana, fundó una agencia de fotografía y publicidad.
Luego entró en conflicto con la justicia, fue condenado por delitos de lesiones físicas y estafa, entre otros, y se convirtió en prófugo de la justicia, al huir a Sudáfrica, donde no se sabe exactamente a qué se dedicó.
En el año 2000 regresó a Alemania, se entregó a la justicia y cumplió una pena de cárcel de dos años, conmutada por un régimen de libertad vigilada, por tráfico de drogas.
En los orígenes de Pegida trató de mantenerse en un discreto segundo plano, para evitar que la "prensa mentirosa" -como denomina a los medios- sacaran a relucir su pasado.
Pero su afán de notoriedad pudo más que ese propósito y, con el crecimiento en resonancia de Pegida, cedió a la tentación de presentarse como líder de un movimiento que ahora quedó decapitado.
EFE
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