En su largo discurso lleno de pesimismo sobre el futuro del planeta, Antonio Guterres reconoció su impotencia ante las "divisiones políticas que socavan el trabajo del Consejo de Seguridad, el derecho internacional, la confianza y la fe de la gente en las instituciones democráticas".
Guerra en Ucrania, catástrofes climáticas, inseguridad alimentaria... El secretario general de la ONU, Antonio Guterres alertó a los dirigentes del planeta de la "tormenta perfecta" que se cierne sobre el planeta y que provocará un "invierno de protestas", en la apertura de una Asamblea General profundamente dividida.
"La crisis del poder adquisitivo se desata, la confianza se desmorona, las desigualdades se disparan, nuestro planeta arde, la gente sufre, sobre todo los más vulnerables" y a pesar de ello, "estamos bloqueados por una disfunción global colosal", dijo Guterres en en esta gran cita diplomática anual que se realiza presencialmente por primera vez en dos años perturbados por la pandemia de COVID-19.
"Estas crisis amenazan al propio futuro de la humanidad y el destino del planeta", advirtió. "No nos hagamos ilusiones. Estamos en un mar agitado. Un invierno de descontento se perfila en el horizonte".
En su largo discurso lleno de pesimismo sobre el futuro del planeta, Guterres reconoció su impotencia ante las "divisiones políticas que socavan el trabajo del Consejo de Seguridad, el derecho internacional, la confianza y la fe de la gente en las instituciones democráticas".
"No podemos seguir así", alertó e instó a una "acción coordinada anclada en el respeto del derecho internacional y la protección de los derechos humanos".
Tras dos años de pandemia, la invasión rusa de Ucrania, que será "inevitablemente" el principal asunto de la asamblea, como dijo el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, que ha generado una escalada en los precios de los alimentos y la energía provocando la inseguridad alimentaria de millones de personas en el mundo, centrará buena parte de los discursos de cerca de 150 mandatarios que se sucederán en la tribuna de la ONU a lo largo de una semana.
Para tratar de responder a las preocupaciones de algunos países, estadounidenses y europeos organizan el martes una reunión de alto nivel sobre la inseguridad alimentaria, una consecuencia de la guerra que afecta a todo el planeta.
El miércoles intervendrá por vídeo el presidente ucraniano Volodímir Zelensky, gracias a la autorización especial votada la semana pasada por los Estados miembros. El jueves está prevista una reunión a nivel ministerial del Consejo de Seguridad.
Como prevé el protocolo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, será quien abra la sesión de discursos inmediatamente después de Guterres. Tradicionalmente, le sigue su homólogo estadounidense, Joe Biden, pero excepcionalmente su intervención ha sido retrasada hasta el miércoles debido a su presencia el lunes en los funerales de la reina Isabel II en Londres.
Los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y Colombia, Gustavo Petro, nuevos en esta cita, figuran entre los primeros en dirigirse al foro, el turco Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro japonés Fumio Kishida y el canciller alemán Olaf Scholz o el paraguayo junto con el paraguayo Mario Abdo Benítez.
"Fractura" Norte-Sur
Los países del Sur están cada vez más hartos de que los occidentales centren su atención en Ucrania, que aparta los ojos de sus problemas reales, como las consecuencias del cambio climático y la inflación que se ha disparado y que afecta en particular a los más pobres lo que se suma al resentimiento Norte-Sur en la lucha por el cambio climático.
Para paliar estas asimetrías, Guterres, que ha hecho de la lucha para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero una prioridad, instó a los países ricos a que graven los beneficios extraordinarios que generan las energías fósiles para ayudar a los países víctimas del impacto del cambio climático y a las poblaciones afectadas por la inflación.
Y propuso "redirigirlos de dos formas: a los países que sufren pérdidas y daños causados por la crisis climática, y a las poblaciones en dificultad por los precios de los alimentos y de la energía".
A dos meses de la conferencia sobre el clima COP27 en Egipto, los países pobres, en primera línea del impacto devastador del calentamiento del planeta que no han provocado, luchan para que los países ricos cumplan sus promesas de ayuda financiera.
Entre los asuntos que centrarán la multitud de reuniones bilaterales, figura el dossier de Irán, cuyo presidente Ebrahim Raisi asiste por primera vez al baile diplomático de la ONU.
La cita de la ONU tendrá ausencias importantes, como los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, el chino Xi Xinping. Tampoco estarán el cubano Miguel Díaz-Canel, el costarricense Rodrigo Cháves, el venezolano Nicolás Maduro, el mexicano Andrés Manuel López Obrador ni el nicaragüense Daniel Ortega.
AFP
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