Testigos excepcionales del ataque narraron cómo fue el instante en el que la furgoneta arrolló a más de 90 personas. Detalles en la siguiente nota.
Ruth López corrió a toda velocidad e ingresó a un edificio que tenía afortunadamente una de sus puertas abiertas. Junto a ella, otro numeroso grupo de personas subían desesperadamente las escaleras del predio. El rugido de los motores de la furgoneta era cada vez más fuerte y cercano, el caos era total tras el atentado terrorista en La Rambla de Barcelona.
"Iba andando y he empezado a oír golpes y gente corriento. He visto gente por los aires y mucho polvo. Todo el mundo se metía en tiendas, bares y en los sitios que podía. Yo he subido las escaleras huyendo", dijo López a la BBC Mundo.
Alta tensión. Eran las 5 de la tarde, hora española, cuando una furgoneta blanca ingresó a la céntrica calle peatonal y en su trayecto de cinco cuadras arrolló a más de 90 personas, de las cuales 13 murieron. Este atentado terrorista fue reivindicado por el grupo extremista islámico ISIS.
"Cuando bajé había gente herida en el suelo, gente intentando ayudar, gente que grababa y mucha policía", continúa su narración López, de 20 años. Como ella, la periodista Nuria Casaldáliga fue testigo de excepción de este hecho. "Vi una avalancha de gente corriendo, gritando, la gente en los bares se tiraba al suelo", comentó.
Aparente calma. Entonces llegó la policía, tanto la Esquadra (regional) como la Guardia Urbana (local) y a los gritos ordenó que nadie saliera ni se asomara a los balcones. Ni siquiera a grabar o a tomar fotografías. Las personas, a esa hora, paseaban y hacían algunas compras hasta el confuso momento. Tras la embestida, los cuerpos yacían en el suelo en los 500 metros de trayectoria que hizo el vehículo, que luego fue abandonado.
La zona de Las Ramblas es un punto de encuentro cercano a la plaza de Cataluña. Flanqueada por cafés, bares y restaurantes, se exhiben mesas en el exterior de su paso peatonal y se venden souvenirs en un mercado llamado La Boquería. Por las adyacencias del lugar estaba Kevin Kwast junto a su familia cuando se produjo la emergencia.
Más testigos. "Vi una estampida por el mercado, corrí y vi gente en el suelo. Un grupo más pequeño huía de esa escena hacia el noroeste y quedamos atrapados entre los policías que custodiaban la zona", dijo también a BBC Mundo. Era la hora de la evacuación. La tragedia estaba consumada.
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