Si bien Australia descartó el despliegue de armas atómicas, el proyecto submarino marca una significativa nueva etapa en el intento liderado por Estados Unidos de contrarrestar el creciente poder militar de China.
Australia anunció el lunes que comprará hasta cinco submarinos de propulsión nuclear a Estados Unidos y construirá un nuevo modelo con tecnología estadounidense y británica, en el marco de un ambicioso plan para fortalecer a Occidente en la región Asia-Pacífico.
El presidente Joe Biden recibió a los primeros ministros de Australia y Reino Unido, Anthony Albanese y Rishi Sunak, en una base naval en San Diego, California, para anunciar el proyecto.
Con un submarino nuclear estadounidense Clase Virginia como telón de fondo y rodeado por los otros dos líderes, Biden dijo que Estados Unidos ha "salvaguardado la estabilidad en Asia-Pacífico por décadas" y que esta alianza fortalecería "las expectativas de paz por las décadas venideras".
Conocida por su acrónimo inglés AUKUS, esta asociación de Australia, Reino Unido y Estados Unidos permitirá a Canberra reemplazar su flota de submarinos por una de propulsión nuclear, que agregará una fuerza sustancial a la alianza occidental que busca contrarrestar la expansión militar de China. Aunque Australia excluye de momento dotarse de armas nucleares.
El Gobierno australiano estima que el proyecto, de varias décadas, costará unos 40 000 millones de dólares en los primeros 10 años, y creará alrededor de 20.000 empleos.
Albanese dijo que se trata de "la mayor inversión individual en la capacidad de defensa de Australia en toda nuestra historia", y destacó que los tres países están "unidos, por encima de todo, por un mundo (...) donde la paz y la estabilidad y seguridad garanticen mayor prosperidad".
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo a los periodistas que viajaban a California en el Air Force One que el plan ilustra el compromiso a largo plazo de Washington para proteger la "paz y la estabilidad" en la región de Asia-Pacífico.
La asociación con Australia, que implica compartir tecnología nuclear secreta que antes solo se entregaba a Gran Bretaña, es "un compromiso de décadas, tal vez de un siglo", dijo Sullivan.
El Gobierno australiano comprará los submarinos clase Virginia de propulsión nuclear y armados convencionalmente "en el transcurso de la década de 2030", con la "posibilidad de subir hasta cinco si es necesario", dijo Sullivan.
El nuevo modelo, también de propulsión nuclear y con armas convencionales, es un proyecto a más largo plazo y se denominará SSN-AUKUS, agregó, detallando que se construirá sobre la base de un diseño británico, con tecnología estadounidense y "significativas inversiones en las tres bases industriales".
Anteriormente, Australia había estado camino a reemplazar su antigua flota de submarinos a diésel con un paquete de 66.000 millones de dólares de naves convencionales francesas.
El abrupto anuncio de Canberra del abandono de ese acuerdo y su ingreso al proyecto AUKUS provocó una disputa breve pero inusualmente dura entre los tres países y Francia, un estrecho aliado.
Contrarrestar a China
Si bien Australia descartó el despliegue de armas atómicas, el proyecto submarino marca una significativa nueva etapa en el intento liderado por Estados Unidos de contrarrestar el creciente poder militar de Pekín.
Ante el desafío chino -que incluye la construcción de una flota naval sofisticada y la conversión de islas artificiales en bases en alta mar- y la invasión rusa de Ucrania, Reino Unido también busca reforzar su capacidad militar, dijo el lunes la oficina de Sunak.
Más de 6 000 millones de dólares de fondos adicionales durante los próximos dos años "repondrán y reforzarán las existencias de municiones vitales, modernizarán la empresa nuclear de Reino Unido y financiarán la próxima fase del programa de submarinos AUKUS", dijo Downing Street.
China advirtió que AUKUS amenazaba con desencadenar una carrera armamentista y acusó a los tres países de retrasar los esfuerzos de no proliferación nuclear.
"Urgimos a Estados Unidos, Reino Unido y Australia a abandonar la mentalidad de la Guerra Fría y los juegos de suma cero, cumplir con las obligaciones internacionales de buena fe y hacer más cosas que conduzcan a la paz y la estabilidad regionales", dijo a los periodistas en Pekín la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Mao Ning.
El líder del país comunista, Xi Jinping, hizo una dura declaración la semana pasada al acusar a Estados Unidos de liderar un esfuerzo occidental de "contención, cercamiento y supresión de China".
Pero Washington alega que Pekín provoca alarma entre los países de la región Asia-Pacífico con sus amenazas de invadir la democracia autónoma de Taiwán, en tanto también destaca la amenaza de Corea del Norte y sus armas nucleares.
"Lo que hemos visto es una serie de medidas provocadoras que China ha emprendido bajo el liderazgo de Xi Jinping durante los últimos cinco a 10 años", dijo Sullivan. "Este es un intento de defender y asegurar el sistema operativo del Indo-Pacífico".
(Con información de AFP)
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