Cada año, cientos de personas provenientes de más de 40 países acuden a la ciudad para presenciar la festividad más importante de esta iglesia
Unas 5.000 personas fueron bautizadas por la Iglesia de la Luz del Mundo como parte de las celebraciones de la Santa Convocación, la fiesta más importante de esta doctrina que tiene su sede en Guadalajara, oeste de México.
Durante tres días ocho iglesias que sirven como subsedes de esta religión en la ciudad recibieron a los nuevos fieles, de diversas nacionalidades, que fueron bautizados entre cánticos alusivos a la salvación y la redención de sus pecados.
Descalzos y ataviados con sus mejores ropas los nuevos fieles fueron sumergidos en agua y cubiertos con mantos blancos en representación del inicio de su nueva vida espiritual.
Cerca de quinientos diáconos participaron en las ceremonias de ablución que forman parte de la preparación de esta iglesia para la Santa Cena el próximo 14 de agosto, fecha en la que recuerdan la pasión y crucifixión de Cristo.
La expansión que a otros países ha tenido la Iglesia de la Luz del Mundo en los últimos años se refleja en la cantidad de personas de otras nacionalidades que vienen a bautizarse durante estos festejos, explicó a Efe el vocero de la institución, Eliezer Gutiérrez Avelar.
Con apenas cinco meses de haber iniciado su práctica como seguidora de la Luz del Mundo, Gurbascka Kaur, de la India, explicó por qué ha abrazo la nueva fe.
"Me siento más limpia. Cuando vine por primera vez a la iglesia estaba pasando muchas cosas en mi vida y empecé a sentir el cambio y a sentir paz en su corazón", explicó.
Las celebraciones de la Santa Convocación reúnen a fieles de 42 países en torno a las festividades que asisten a conferencias, sesiones de oración y oficios bautismales en la sede principal de la iglesia y en las catorce subsedes con que cuenta en Guadalajara, la capital de Jalisco, oeste de México.
La Iglesia de la Luz del Mundo, una doctrina con cerca de 5 millones de seguidores en todo el mundo, cree en Cristo, pero no en los santos ni en la Virgen María.
EFE
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