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por Redacción RPP
·El próximo se año se decidirá sobre la compra de equipo militar con ayuda de Rusia, que ha ofrecido un crédito de hasta US$100 millones de dólares.
El Gobierno de Evo Morales anunció hoy que aplazará a 2010 la decisión sobre la compra de equipo militar logístico y de transporte con la ayuda de Rusia, que ha ofrecido a Bolivia un crédito de hasta cien millones de dólares.
El ministro boliviano de Defensa, Wálker San Miguel, hizo esa afirmación en una entrevista con Efe en la que también se refirió a una oferta de aviones de entrenamiento chinos, pero en cualquier caso rechazó de plano que su país se esté equipando con fines bélicos.
El anuncio del crédito ruso para Bolivia causó preocupación en Paraguay, donde el canciller Héctor Lacognata, habló de una "carrera armamentista" y llamó la atención sobre el desafío de la región para enfrentar la pobreza, en lugar de hacer compras militares.
San Miguel y el canciller boliviano, David Choquehuanca, viajarán mañana hacia Asunción, donde el jueves se reunirán con sus homólogos paraguayos para explicar en qué consisten sus planes para comprar equipos militares.
"Este año el Ejecutivo no va a presentar nada al Congreso (sobre el crédito ruso). Consideramos, además, que es un Congreso que ya no tiene una cohesión, una capacidad legislativa, menos en un momento preelectoral, y lo vamos a hacer el próximo año", dijo San Miguel.
Rusia ofreció el mes pasado a Bolivia un crédito de hasta 100 millones de dólares para compra de material militar de su industria, en el marco de unos acuerdos de cooperación suscritos en Moscú en febrero pasado por Morales y su colega ruso, Dmitri Medvédev.
"Nadie puede desconocer que Rusia tiene una industria militar muy avanzada. Pero ¡ojo!, nosotros no estamos queriendo comprar aviones Sukhói, ni misiles de alto poder. Estamos hablando mayormente de helicópteros MI-17, de un avión presidencial porque el del jefe de Estado es de la década de los 60, y de camiones", dijo San Miguel.
El ministro destacó que Bolivia ha sido "transparente" en su información, porque ha hecho conocer que tenía una oferta de Rusia y ahora las Fuerzas Armadas deben definir sus prioridades para que el próximo poder Legislativo tome la decisión, como establece la ley boliviana.
Bolivia todavía no ha definido cuánto usará del crédito de Rusia, porque depende de los límites de endeudamiento del país y del tratamiento que le dé al tema la Asamblea Legislativa Plurinacional que salga elegida en los comicios del 6 de diciembre.
Todos los sondeos apuntan a que la victoria electoral será para Morales, que aspira a lograr una mayoría amplia para controlar las dos cámaras de la Asamblea, lo que no ha ocurrido en la actual gestión en la que el Senado está en manos de la oposición, que ha podido bloquear así las iniciativas legales del Gobierno.
Rusia también ofreció a Bolivia un avión presidencial Antonov que, según cálculos preliminares, costaría 30 millones de dólares, además de la instalación en territorio boliviano de un centro suramericano de mantenimiento de esas aeronaves.
Bolivia, según reconoció San Miguel, recibe, además, anualmente donaciones chinas de material como cascos, motores fuera borda, deslizadores, camiones y autobuses.
En 2008 compró, con crédito de China, dos aviones de pasajeros MA-60 para la compañía de transporte militar TAM.
China, según el ministro, también ha ofrecido un crédito para que Bolivia adquiera entre seis y diez aviones de entrenamiento avanzado que reemplace a antiguos T-33 de los que posee una docena.
"Básicamente sería una reposición de equipo. Estamos recién en proceso de conocimiento y la Fuerza Aérea nos tiene que dar el informe sobre si esas aeronaves vuelan en altura", dijo San Miguel.
San Miguel enfatizó que "Bolivia no está adquiriendo armamento nuevo, no está adquiriendo armas de mayor poder letal, de mayor poder de fuego, no está en una carrera armamentista y nunca lo ha estado".
Aclaró que, en todo caso, lo que se pretende es una reposición de un equipamiento mínimo para el funcionamiento de las Fuerzas Armadas.
Para ilustrar la situación de precariedad en las que hallaban los militares de Bolivia, el presidente Morales ha reconocido varias veces que cuando llegó al poder en 2006 se encontró con unas "Fuerzas Desarmadas" a la que debía dar una mejor atención.
No obstante, según el ministro San Miguel, lo que se ha invertido hasta ahora en ese equipamiento, cuyo monto no precisó, no contradice el espíritu "pacifista" del Gobierno de Morales, ni ha relegado los programas sociales de lucha contra la pobreza. EFE
El ministro boliviano de Defensa, Wálker San Miguel, hizo esa afirmación en una entrevista con Efe en la que también se refirió a una oferta de aviones de entrenamiento chinos, pero en cualquier caso rechazó de plano que su país se esté equipando con fines bélicos.
El anuncio del crédito ruso para Bolivia causó preocupación en Paraguay, donde el canciller Héctor Lacognata, habló de una "carrera armamentista" y llamó la atención sobre el desafío de la región para enfrentar la pobreza, en lugar de hacer compras militares.
San Miguel y el canciller boliviano, David Choquehuanca, viajarán mañana hacia Asunción, donde el jueves se reunirán con sus homólogos paraguayos para explicar en qué consisten sus planes para comprar equipos militares.
"Este año el Ejecutivo no va a presentar nada al Congreso (sobre el crédito ruso). Consideramos, además, que es un Congreso que ya no tiene una cohesión, una capacidad legislativa, menos en un momento preelectoral, y lo vamos a hacer el próximo año", dijo San Miguel.
Rusia ofreció el mes pasado a Bolivia un crédito de hasta 100 millones de dólares para compra de material militar de su industria, en el marco de unos acuerdos de cooperación suscritos en Moscú en febrero pasado por Morales y su colega ruso, Dmitri Medvédev.
"Nadie puede desconocer que Rusia tiene una industria militar muy avanzada. Pero ¡ojo!, nosotros no estamos queriendo comprar aviones Sukhói, ni misiles de alto poder. Estamos hablando mayormente de helicópteros MI-17, de un avión presidencial porque el del jefe de Estado es de la década de los 60, y de camiones", dijo San Miguel.
El ministro destacó que Bolivia ha sido "transparente" en su información, porque ha hecho conocer que tenía una oferta de Rusia y ahora las Fuerzas Armadas deben definir sus prioridades para que el próximo poder Legislativo tome la decisión, como establece la ley boliviana.
Bolivia todavía no ha definido cuánto usará del crédito de Rusia, porque depende de los límites de endeudamiento del país y del tratamiento que le dé al tema la Asamblea Legislativa Plurinacional que salga elegida en los comicios del 6 de diciembre.
Todos los sondeos apuntan a que la victoria electoral será para Morales, que aspira a lograr una mayoría amplia para controlar las dos cámaras de la Asamblea, lo que no ha ocurrido en la actual gestión en la que el Senado está en manos de la oposición, que ha podido bloquear así las iniciativas legales del Gobierno.
Rusia también ofreció a Bolivia un avión presidencial Antonov que, según cálculos preliminares, costaría 30 millones de dólares, además de la instalación en territorio boliviano de un centro suramericano de mantenimiento de esas aeronaves.
Bolivia, según reconoció San Miguel, recibe, además, anualmente donaciones chinas de material como cascos, motores fuera borda, deslizadores, camiones y autobuses.
En 2008 compró, con crédito de China, dos aviones de pasajeros MA-60 para la compañía de transporte militar TAM.
China, según el ministro, también ha ofrecido un crédito para que Bolivia adquiera entre seis y diez aviones de entrenamiento avanzado que reemplace a antiguos T-33 de los que posee una docena.
"Básicamente sería una reposición de equipo. Estamos recién en proceso de conocimiento y la Fuerza Aérea nos tiene que dar el informe sobre si esas aeronaves vuelan en altura", dijo San Miguel.
San Miguel enfatizó que "Bolivia no está adquiriendo armamento nuevo, no está adquiriendo armas de mayor poder letal, de mayor poder de fuego, no está en una carrera armamentista y nunca lo ha estado".
Aclaró que, en todo caso, lo que se pretende es una reposición de un equipamiento mínimo para el funcionamiento de las Fuerzas Armadas.
Para ilustrar la situación de precariedad en las que hallaban los militares de Bolivia, el presidente Morales ha reconocido varias veces que cuando llegó al poder en 2006 se encontró con unas "Fuerzas Desarmadas" a la que debía dar una mejor atención.
No obstante, según el ministro San Miguel, lo que se ha invertido hasta ahora en ese equipamiento, cuyo monto no precisó, no contradice el espíritu "pacifista" del Gobierno de Morales, ni ha relegado los programas sociales de lucha contra la pobreza. EFE
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