"México es una tumba, una macrotumba, vivimos entre los muertos", dijo una de las madres de los jovenes desaparecidos ante la CIDH.
El canciller mexicano, José Antonio Meade, negó este sábado que México sea un cementerio, como señaló el viernes un grupo de familiares de desaparecidos en una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
"De ninguna manera", dijo el ministro al ser preguntado tras un acto público sobre si aceptaba las calificaciones que el viernes hicieron en Washington familiares de desaparecidos en México y organizaciones civiles.
En una audiencia, instaron al Gobierno mexicano a responder a los miles de casos de desapariciones forzadas que llevan años sin resolverse en el país y que no reciben el mismo grado de investigación que el de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, en el estado sureño de Guerrero.
"México es una tumba, una macrotumba, vivimos entre los muertos", dijo Leticia Hidalgo Rea, cuyo hijo Roy desapareció en 2011 en el estado de Nuevo León (norte).
En una entrevista realizada al canciller en el marco de las actividades conmemorativas del 70 aniversario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Meade dijo que "hay sociedades civiles (...) de denuncia que escogen señalar los elementos más duros, más difíciles, que más nos retan en la sociedad".
Ante eso, "estamos en el ánimo, en la responsabilidad y en la convicción de corregirlo", añadió.
Pero México, agregó, "es mucho más que eso". "En México estamos evolucionando en prácticamente todos los indicadores; la violencia se está abatiendo, estamos modificando nuestras leyes e implementándolas para hacer realidad el México en paz que todos queremos", aseguró el canciller.
Meade dijo que el país es "uno de los principales socios" de la ONU en materia de derechos humanos. "Fuimos de los creadores de la Comisión de Derechos Humanos, fuimos de los fundadores del examen público universal, somos miembros de prácticamente todas las instancias en materia de derechos humanos", insistió.
EFE
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