Presuntos culpables de la muerte del árbitro venezolano Timoleón Castillo, de 42 años, fueron capturados en el estado Táchira. El juez de fútbol fue asesinado en medio de un partido.
La policía científica de Venezuela capturó a dos ciudadanos de nacionalidad colombiana por estar presuntamente involucrados en la muerte de un árbitro de fútbol, suceso ocurrido el pasado 5 de noviembre en el estado Táchira, fronterizo con Colombia, informaron hoy fuentes oficiales.
Un comunicado del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) difundido hoy indicó que los presuntos culpables de la muerte del árbitro venezolano Timoleón Castillo, de 42 años, fueron capturados en el estado Táchira este jueves.
Castillo fue asesinado en medio de un partido de una liga municipal que se disputaba en la localidad de San Rafael de Cordero, en el estado Táchira.
El comunicado policial indica que el árbitro no permitió jugar a su victimario en el partido de fútbol porque no tenía los documentos legales vigentes para participar en el encuentro.
Castillo, dice el parte del CICPC, fue atacado luego de que uno de los equipos que disputaban el partido anotó el tercer gol, el homicida aprovechó el momento para entrar en el terreno de juego y dispararle tres veces, después huyó con la ayuda de un "colaborador", que también ha sido detenido.
El reporte policial señala que las comisiones policiales continuarán las investigaciones para determinar si existen otras personas involucradas en el homicidio del árbitro.
Tras el suceso, el vicepresidente de la Comisión de Fútbol Sala, Tomás Álvarez, declaró a Efe y explicó que el encuentro deportivo en el que murió Castillo era parte de un evento municipal y no estaba organizado por la Federación Nacional.
Indicó que Castillo pertenecía a la comisión nacional de árbitros.
"Para nosotros es lamentable la pérdida de un ser humano que estaba haciendo una labor social y deportiva y que se había preparado para ello", aseguró.
El árbitro falleció en el Hospital General de la población de Táriba, próxima a San Cristóbal, la capital de ese estado.
EFE
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