China está muy lejos del ´gran salto adelante´, asegura experto

China está aún muy lejos del "gran salto adelante" hacia la reforma democrática de su sistema político, pues aunque en Occidente se hable "con mucho ruido" de la disidencia en ese país, entre la gente de a pie "no hay tal espíritu de cambio radical", afirma el periodista y escritor Ramón Martínez.

Este comunicador español, que ha trabajado en Pekín durante cinco años y ha ejercido su profesión en medios como la agencia Efe y Radio Televisión Española, acaba de publicar "Historias chinas. Mito y realidad del nuevo gigante económico" (Editorial Península).

Este libro ofrece una completa visión de la vida actual en China, con detallada documentación de la política y los cambios sociales ocurridos en los últimos años, el estado de las minorías étnicas y los derechos humanos, las siempre complicadas relaciones con Occidente y el imparable avance hacia otras regiones del mundo, donde su presencia es "una amenaza económica real", según el autor.

La obra pone en primer plano la paradoja en que vive la sociedad china, con apuestas tecnológicas tan ambiciosas como la reconquista de la luna que conviven, en el umbral del siglo XXI, con costumbres aún arraigadas como las novias de alquiler o, en el campo, el casamiento "postmortem" de mujeres fallecidas solteras para evitar que se conviertan en fantasmas.

Pero sobre todo, Ramón Martínez quiere llamar la atención sobre el papel de protagonista planetario que este país, China, se cree llamado a jugar, pero sin renunciar al camino del "socialismo con características chinas" que encarna el todopoderoso Partido Comunista.

En una entrevista con Efe, Martínez comenta el comienzo hoy del plenario anual del Partido Comunista Chino (PCCh), la omnipresente estructura de poder que sujeta con mano férrea las riendas del gigante asiático, "a pesar de todos los premios Nobel de la Paz" que se quiera dar a sus disidentes, señala.

Ese congreso de la cúpula del PCCH se ha inaugurado este viernes con algunas expectativas de cambio, incitadas por comentarios recientes del primer ministro chino, Wen Jibao, y de algunos veteranos del Partido.

"Ha habido corrientes reformistas en el PCCh desde hace bastante tiempo, aunque fue en el Congreso de 2007 cuando se mostraron a la luz pública como tales. A partir de entonces en el discurso de las grandes figuras comenzó a aparecer la palabra democracia", explica Martínez.

En esa ocasión, en su informe ante el Congreso Nacional del PCCh, el presidente Hu Jintao citó la palabra democracia más de sesenta veces.

Sin embargo, Martínez pone las cosas en su justo término: "la cuestión es que ese concepto de democracia no es el que se tiene en el mundo occidental. Lo que se intenta es hacer más transparente el funcionamiento interno del Partido".

Los propios reformistas del PCCh, continúa, "cuando hablan de democracia, la entienden como algo que puede ser útil para perpetuar al Partido en el poder y para que éste consiga sus objetivos".

"Si en algún momento se genera un cambio hacia una democracia de este tipo más occidental, esto -subraya- sólo ocurrirá dentro de muchos años".

El escritor y periodista comenta al respecto la concesión hace unos días del Premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Siaobo e indica que tal hecho va a sobrevolar este Plenario Anual del Partido Comunista Chino.

"Desde el momento en que se oyó su nombre para recibir el Nobel y China comenzó a presionar a Noruega para que no se le concediera, fue evidente la preocupación de Partido Comunista. Realmente temen que se pueda dar un movimiento dominó entre aquellos que, si bien no buscan un cambio radical, si pretenden un cierto aperturismo", dice.

No obstante, recuerda que para el Gobierno chino "claudicar ante presiones occidentales de esa naturaleza sería reconocer que no están preparados para lo que ellos creen que se merecen: ser uno de los ejes sobre los que gira el planeta entero".


EFE