Cadáver de la elefanta fue enterrado en el lugar donde permaneció durante más de 50 años, entre mariachis, rodeada de flores y frutas que arrojaron visitantes en gigantesca fosa.
Cientos de personas se agolparon hoy en el zoológico de San Salvador para despedirse de "Manyula", una elefanta de casi 60 años que se convirtió en un icono de ese lugar y deleitó a generaciones de salvadoreños.
La muerte de la elefanta, que saltó a las portadas de los medios locales en los últimos días cuando empeoró su salud, dio paso a una romería de niños y adultos que desde este martes se congregaron a las afueras del zoológico con velas, flores, carteles e imágenes de elefantes, poco después de conocerse la muerte de "Manyula".
Mariachis, payasos y hasta una "santa Claus" pasaron a despedirse del animal, con mensajes como "no te olvidaremos" o "te vamos a extrañar".
"Tengo mi trabajo y lo he dejado por venir a darle el último adiós a "Manyula"", confesó a Efe Jesús Chiquillo, de 40 años, uno de los centenares de personas que acudieron al zoológico, que no tuvo suficiente capacidad para albergar a todos los seguidores de la elefanta.
Y es que "Manyula", que llegó a tierras salvadoreñas procedente de la India tras ser adquirida por el Gobierno nacional, se convirtió en el personaje que no podía faltar en las visitas y fotografías de los cientos de miles de personas que han visitado el zoológico desde 1955.
"Cuarenta años te pude ver. Adiós, Manyula", se leía en una de las pancartas, que muestra cómo los otrora niños, ahora convertidos en padres, visitaban con sus hijos a una elefanta a la que le celebraban con pompa sus aniversarios, aunque no pudo apagar la vela ni comer el pastel por su 60 cumpleaños.
"En mi infancia mi papi me traía y ahora tengo 43 años", comentó, entretanto Telma Gutiérrez, quien aseguró a Efe que recordará a esta elefanta "con mucho amor".
""Manyula" es insustituible", declaró a los periodistas el director del zoológico capitalino, Raúl Miranda, quien encabezó, junto a autoridades como el alcalde de San Salvador, Norman Quijano, el acto de sepelio del gigantesco animal, que murió de un paro cardíaco tras padecer un daño renal irreversible.
La directora nacional de espacios de desarrollo cultural, Georgina Hernández, previó que no se adquirirá otro ejemplar para el zoológico, al indicar que, acorde a las leyes internacionales, "ya no están permitidos animales en cautiverio".
Al final, el cadáver de la elefanta fue enterrado en el mismo lugar donde permaneció durante más de cinco décadas, entre acordes de mariachis, rodeada de flores y frutas que arrojaron visitantes y trabajadores del zoológico en su gigantesca fosa.
EFE
La muerte de la elefanta, que saltó a las portadas de los medios locales en los últimos días cuando empeoró su salud, dio paso a una romería de niños y adultos que desde este martes se congregaron a las afueras del zoológico con velas, flores, carteles e imágenes de elefantes, poco después de conocerse la muerte de "Manyula".
Mariachis, payasos y hasta una "santa Claus" pasaron a despedirse del animal, con mensajes como "no te olvidaremos" o "te vamos a extrañar".
"Tengo mi trabajo y lo he dejado por venir a darle el último adiós a "Manyula"", confesó a Efe Jesús Chiquillo, de 40 años, uno de los centenares de personas que acudieron al zoológico, que no tuvo suficiente capacidad para albergar a todos los seguidores de la elefanta.
Y es que "Manyula", que llegó a tierras salvadoreñas procedente de la India tras ser adquirida por el Gobierno nacional, se convirtió en el personaje que no podía faltar en las visitas y fotografías de los cientos de miles de personas que han visitado el zoológico desde 1955.
"Cuarenta años te pude ver. Adiós, Manyula", se leía en una de las pancartas, que muestra cómo los otrora niños, ahora convertidos en padres, visitaban con sus hijos a una elefanta a la que le celebraban con pompa sus aniversarios, aunque no pudo apagar la vela ni comer el pastel por su 60 cumpleaños.
"En mi infancia mi papi me traía y ahora tengo 43 años", comentó, entretanto Telma Gutiérrez, quien aseguró a Efe que recordará a esta elefanta "con mucho amor".
""Manyula" es insustituible", declaró a los periodistas el director del zoológico capitalino, Raúl Miranda, quien encabezó, junto a autoridades como el alcalde de San Salvador, Norman Quijano, el acto de sepelio del gigantesco animal, que murió de un paro cardíaco tras padecer un daño renal irreversible.
La directora nacional de espacios de desarrollo cultural, Georgina Hernández, previó que no se adquirirá otro ejemplar para el zoológico, al indicar que, acorde a las leyes internacionales, "ya no están permitidos animales en cautiverio".
Al final, el cadáver de la elefanta fue enterrado en el mismo lugar donde permaneció durante más de cinco décadas, entre acordes de mariachis, rodeada de flores y frutas que arrojaron visitantes y trabajadores del zoológico en su gigantesca fosa.
EFE
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