La ciudad de Melbourne, epicentro de la segunda ola de contagios de COVID-19 en Australia, vivió su primera jornada de toque de queda nocturno.
Melbourne, la ciudad epicentro de la segunda ola de contagios de nuevo coronavirus en Australia, vivió su primera jornada de toque de queda nocturno, medida impuesta para combatir el virus que no tiene precedentes en el país.
"La idea de que, en este país en el que vivimos, se dicte un toque de queda nocturno en una ciudad del tamaño de Melbourne era impensable", dijo hoy el primer ministro de Australia, Scott Morrison, en Camberra, al recalcar que la pandemia ha obligado al gobierno a adoptar medidas extraordinarias.
Melbourne, la capital del estado de Victoria y con cinco millones de habitantes, fue reconfinada el 9 de julio para intentar controlar la propagación del nuevo coronavirus, que ha infectado en las últimas 5 semanas a unas 9 000 personas tras aparentes fallos de seguridad en la cuarentena de los viajeros internacionales.
A raíz de la alta transmisión local, que se ha cebado en las residencias geriátricas, así como del incremento de casos "misteriosos" o de origen desconocido, el jefe del gobierno de Victoria, Daniel Andrews declaró el domingo el toque de queda en Melbourne y el estado de desastre en todo el estado para conferir mayores poderes a la Policía.
Además del toque de queda, el gobierno de Victoria endureció el domingo las restricciones en Melbourne del nivel 3 al 4, lo que implica la prohibición a sus habitantes de alejarse más de cinco kilómetros de sus casas, realizar más de una hora de ejercicios y limita las salidas para hacer la compra a una persona por día en cada hogar.
También se prohíbe por primera vez la celebración de bodas, aunque los funerales estarán permitidos, pero tendrán un límite de diez personas.
En el resto de Victoria se han endurecido las medidas de distanciamiento físico y, desde la semana pasada, el uso de mascarillas faciales fuera de las casas es obligatorio, lo cual es opcional en el resto del país, mientras que los estudiantes volverán a estudiar de forma virtual en todo el estado.
Además, se ordenó el lunes el cierre a partir de la medianoche del miércoles de los negocios no esenciales como restaurantes, cafeterías, gimnasios y salones de belleza.
También anunció subsidios para estas empresas de hasta 10 000 dólares australianos (7 126 de dólares estadounidenses o 6 061 de euros) para mitigar el impacto económica de las medidas, que supondrán el confinamiento de un millón de trabajadores en sus casas.
Australia, acumula unos 18 400 casos de COVID-19, que incluye a unos 221 fallecidos, la mayoría de ellos en Victoria, y había logrado suprimir el virus en su territorio hasta el rebrote de Melbourne a finales de junio, provocado por presuntos fallos de seguridad en las cuarentenas de los viajeros internacionales.
EFE
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