Mandatario ecuatoriano ratificó también su compromiso con la integración latinoamericana y su posición bolivariana.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, flanqueado por sus homólogos venezolano y boliviano, Hugo Chávez y Evo Morales, respectivamente, conmemoró hoy los 187 años de la Batalla del Pichincha, que selló la Independencia de Ecuador, y aseguró que radicalizará su "revolución ciudadana".
Correa ratificó también su compromiso con la integración latinoamericana y su posición bolivariana.
En el discurso pronunciado en el Templo de la Patria, un gran museo histórico construido en las faldas del volcán Pichincha, a cuyo pie se levanta Quito, Correa dijo que este día los ecuatorianos celebran "dos nacimientos libertarios".
El primero de ellos, precisó, porque en las faldas de esa montaña, el 24 de mayo de 1822, se encarnó la Batalla del Pichincha, la acción bélica que puso fin al dominio colonial español en Suramérica.
En ese pasaje, el mandatario ecuatoriano evocó las figuras del Libertador Simón Bolívar y del mariscal Antonio José de Sucre, que comandó el Ejército en la gesta del Pichincha.
"No podemos pronunciar la palabra libertad, sin mencionar a Bolívar", aseguró Correa, y reprochó a políticos opositores a su Gobierno que, según él, intentan menoscabar la dimensión histórica del Libertador.
El segundo "nacimiento libertario", dijo Correa, se dio el pasado 26 de abril, en los comicios generales, en los que fue reelegido para un nuevo mandato de cuatro años, hecho que, según él, es un apoyo del pueblo a su "revolución ciudadana".
El pueblo eligió "la revolución profunda, rápida y en paz", apostilló el mandatario, que prometió "radicalizar y profundizar" su denominada "revolución ciudadana", pues aseguró que "la revolución es ahora, no mañana".
"Radicalizamos la revolución ciudadana, continuando con la política de apertura a todos los países del mundo, en un marco de mutuo respeto, buscando la integración latinoamericana, para seguir construyendo esta Patria Grande, de la que nos hablo José Martí", señaló Correa.
Destacó la visita de Chávez y Morales, esta última no prevista, para asistir a la ceremonia por la Independencia y parafraseó a Bolívar: "La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino".
Además, el gobernante ecuatoriano recordó que se reunió desde ayer con Chávez en el V Encuentro Presidencial Ecuador-Venezuela, en el que ambos mandatarios pasaron revista a los proyectos bilaterales y destacó los avances registrados en materia energética y petrolera.
Correa mencionó el proyecto de canje de crudo ecuatoriano por derivados de petróleo venezolano, que le han ahorrado a su país 252 millones de dólares en dos años, así como los avances en el proyecto para la construcción de un complejo petroquímico en la provincia costera de Manabí (oeste).
Asimismo, señaló el inicio de la exploración de gas en el golfo de Guayaquil, específicamente en la Isla Puná, pero criticó el hecho de que opositores hayan irrumpido ayer en esas instalaciones para ensombrecer el proyecto, en momentos en que él se reunía con Chávez.
Correa y Chávez han insistido en solicitar a sus socios suramericanos afianzar el Banco del Sur y el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), como mecanismos para robustecer la integración regional.
Chávez recordó que el Banco del Sur y el Sucre son dos de los instrumentos que han probado varios países latinoamericanos para crear un espacio económico común.
Ni Correa ni Chávez dejaron escapar anoche la oportunidad para criticar al capitalismo y evocar el "socialismo del siglo XXI", que ambos pregonan, e insistieron que la crisis financiera internacional es culpa del neoliberalismo.
"El mundo no va a ser igual después de esta crisis" en la que "quedó pulverizado el paradigma neoliberal", apuntó Chávez, aunque dijo que todavía ve lejano el derrumbe del capitalismo en el mundo.
Por otra parte, repitió que su Gobierno "es y será de los indígenas", la capa más pobre de la sociedad ecuatoriana, aunque dijo que su gestión se dirigirá a todos los sectores sociales, sobre todo en favor de los más necesitados.
Después de la ceremonia, Correa, Chávez y Morales se trasladaron al Palacio presidencial de Carondelet y se prevé que los dos invitados retornen a sus países en las próximas horas. EFE
Correa ratificó también su compromiso con la integración latinoamericana y su posición bolivariana.
En el discurso pronunciado en el Templo de la Patria, un gran museo histórico construido en las faldas del volcán Pichincha, a cuyo pie se levanta Quito, Correa dijo que este día los ecuatorianos celebran "dos nacimientos libertarios".
El primero de ellos, precisó, porque en las faldas de esa montaña, el 24 de mayo de 1822, se encarnó la Batalla del Pichincha, la acción bélica que puso fin al dominio colonial español en Suramérica.
En ese pasaje, el mandatario ecuatoriano evocó las figuras del Libertador Simón Bolívar y del mariscal Antonio José de Sucre, que comandó el Ejército en la gesta del Pichincha.
"No podemos pronunciar la palabra libertad, sin mencionar a Bolívar", aseguró Correa, y reprochó a políticos opositores a su Gobierno que, según él, intentan menoscabar la dimensión histórica del Libertador.
El segundo "nacimiento libertario", dijo Correa, se dio el pasado 26 de abril, en los comicios generales, en los que fue reelegido para un nuevo mandato de cuatro años, hecho que, según él, es un apoyo del pueblo a su "revolución ciudadana".
El pueblo eligió "la revolución profunda, rápida y en paz", apostilló el mandatario, que prometió "radicalizar y profundizar" su denominada "revolución ciudadana", pues aseguró que "la revolución es ahora, no mañana".
"Radicalizamos la revolución ciudadana, continuando con la política de apertura a todos los países del mundo, en un marco de mutuo respeto, buscando la integración latinoamericana, para seguir construyendo esta Patria Grande, de la que nos hablo José Martí", señaló Correa.
Destacó la visita de Chávez y Morales, esta última no prevista, para asistir a la ceremonia por la Independencia y parafraseó a Bolívar: "La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino".
Además, el gobernante ecuatoriano recordó que se reunió desde ayer con Chávez en el V Encuentro Presidencial Ecuador-Venezuela, en el que ambos mandatarios pasaron revista a los proyectos bilaterales y destacó los avances registrados en materia energética y petrolera.
Correa mencionó el proyecto de canje de crudo ecuatoriano por derivados de petróleo venezolano, que le han ahorrado a su país 252 millones de dólares en dos años, así como los avances en el proyecto para la construcción de un complejo petroquímico en la provincia costera de Manabí (oeste).
Asimismo, señaló el inicio de la exploración de gas en el golfo de Guayaquil, específicamente en la Isla Puná, pero criticó el hecho de que opositores hayan irrumpido ayer en esas instalaciones para ensombrecer el proyecto, en momentos en que él se reunía con Chávez.
Correa y Chávez han insistido en solicitar a sus socios suramericanos afianzar el Banco del Sur y el Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), como mecanismos para robustecer la integración regional.
Chávez recordó que el Banco del Sur y el Sucre son dos de los instrumentos que han probado varios países latinoamericanos para crear un espacio económico común.
Ni Correa ni Chávez dejaron escapar anoche la oportunidad para criticar al capitalismo y evocar el "socialismo del siglo XXI", que ambos pregonan, e insistieron que la crisis financiera internacional es culpa del neoliberalismo.
"El mundo no va a ser igual después de esta crisis" en la que "quedó pulverizado el paradigma neoliberal", apuntó Chávez, aunque dijo que todavía ve lejano el derrumbe del capitalismo en el mundo.
Por otra parte, repitió que su Gobierno "es y será de los indígenas", la capa más pobre de la sociedad ecuatoriana, aunque dijo que su gestión se dirigirá a todos los sectores sociales, sobre todo en favor de los más necesitados.
Después de la ceremonia, Correa, Chávez y Morales se trasladaron al Palacio presidencial de Carondelet y se prevé que los dos invitados retornen a sus países en las próximas horas. EFE
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