El hemisferio sur será ahora el que presente una menor radiación UV por la llegada del invierno. Esto podría favorecer a la propagación del COVID-19.
Un estudio realizado por el experto en cambio climático y docente de la Universidad de Santiago de Chile, Raúl Cordero, concluye en que hay una correlación entre la alta radiación UV y la presencia del nuevo coronavirus SARS CoV-2.
La investigación revela, a partir de ensayos en laboratorios y estudios internacionales, que el nuevo coronavirus es vulnerable a determinados factores climáticos, entre ellos la alata radiación UV.
"Las regiones en las que la dosis diaria de radiación solar UV-B fue relativamente alta durante el último mes, han presentado un menor avance de la enfermedad y un número significativamente más bajo de víctimas mortales”, detalla el investigador al diario La Tercera.
La presencia de una mayor radiación UV se muestra en verano y primavera, por lo que la presencia del otoño y la llegada del invierno en el hemisferio sur podrían favorecer la propagación del virus.
"El clima puede ayudar o perjudicar la propagación de la enfermedad, pero su efecto no se compara con el de factores claves como el distanciamiento social. Sin distanciamiento social no hay manera de contener el virus”, comenta Cordero.
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