Los dos menores, de 11 y 12 años, habían sido entrenados para participar en atentados suicidas en el sur de Afganistán.
Las autoridades afganas detuvieron a dos niños, de once y doce años, que habían sido entrenados para participar en atentados suicidas en el sur de este del país, informó hoy una fuente oficial.
Un portavoz de los servicios de espionaje de Afganistán, Lutfulá Mashal, explicó hoy que los menores fueron detenidos "hace unos días" cuando se disponían a realizar atentados suicidas y que ambos habían recibido entrenamiento en territorio paquistaní.
Mashal explicó en rueda de prensa que uno de los detenidos, Gul Khan, de once años, había sido estudiante de una madrasa en la ciudad paquistaní de Quetta antes de ser arrestado en la provincia de Kandahar, en el sur de Afganistán.
Según ese portavoz, el niño explicó que había acudido a un centro de entrenamiento insurgente en la región tribal paquistaní de Waziristán, en Pakistán, igual que el otro menor, Resuanulá Khan, de doce años.
Resuanulá fue detenido en Khost (este) y, según Mashal, fue reclutado y entrenado por el grupo de un insurgente afgano que también opera en Pakistán antes de ser enviado de vuelta a Khost para realizar una acción suicida.
Un portavoz de los talibanes afganos, Zabuilá Muyahid, ha negado a Efe que su grupo ninguna relación con esas detenciones y las ha atribuido a "propaganda para debilitar la lucha contra la invasión de EEUU en Afganistán".
"Nuestro líder (el mulá Omar) ha dado instrucciones de no reclutar a menores", dijo Muyahidín, quien añadió que "los invasores y sus marionetas quieren difamar el nombre de nuestra "yihad""
Es recurrente el uso de menores en atentados suicidas tanto en Afganistán como en las zonas de Pakistán próximas a la frontera.
El pasado viernes, un adolescente de 16 años hizo estallar la carga explosiva que llevaba adosada durante el rezo islámico en un templo situado en la zona de Jamrud, en las afueras de la ciudad paquistaní de Peshawar.
Hace dos meses, una niña de 8 años murió al explotar la bomba que transportaba en una bolsa cuando se dirigía a depositarla en un puesto de la policía en la provincia de Uruzgán, en el sur de Afganistán.
EFE
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