Decenas de familiares aguardan por noticias sobre la entrega de los cuerpos, mientras que otros se someten a pruebas de sangre para identificar a los cadáveres.
Los familiares de las víctimas del atentado contra un autobús del transporte colectivo en El Salvador en el que murieron 14 personas incineradas, pidieron hoy justicia mientras esperan a que les entreguen los cuerpos que son sometidos a pruebas de ADN para su identificación.
En las afueras del Instituto de Medicina Legal, en San Salvador, decenas de personas, entre familiares y amigos, aguardan por noticias sobre la entrega de los cuerpos, mientras que otros se someten a pruebas de sangre para ayudar a la identificación de los cadáveres.
Oscar Gamero, quien perdió a su hija, detalló a Efe que "las personas están irreconocibles, de ellos no ha quedado nada".
El hombre afirmó que las autoridades de Medicina Legal les han prometido la entrega de los cuerpos en unos seis o siete días, ya que serán reconocidos mediante exámenes de ADN.
Gamero es padre de Mirna Patricia Pérez, una mujer que abordó el autobús en el centro de San Salvador, luego de haber cumplido su jornada de domingo como vendedora.
Las autoridades recuperaron 14 cuerpos calcinados del autobús al que supuestos pandilleros prendieron fuego en el municipio de Mejicanos, en el norte de la capital salvadoreña, un sitio asediado por las pandillas.
El hecho ocurrió, minutos después de que en una calle cercana sujetos armados atacaran otro vehículo del transporte colectivo en el que murieron a balazos dos niños y un hombre.
Por el incendio del vehículo la Policía Nacional Civil (PNC) ha capturado a una mujer y cinco hombres, así como a dos menores de edad, aunque no han logrado encontrar relación con el ataque a balazos de la otra unidad.
"Hoy me han tomado las muestras de sangre para hacer la prueba de ADN", dijo el hermano de María Paz Hernández, una mujer que volvía de un oficio religioso cuando el autobús fue desviado para posteriormente ser quemado, en el primer ataque de esta naturaleza en el país.
"Que el Gobierno vea por su pueblo, que se haga justicia. El pueblo está siendo quemado vivo", dijo el hombre, que prefirió no revelar su nombre.
Pidió además, que el Gobierno "desempeñe su papel y que vele por la seguridad del pueblo".
En las afueras de Medicina Legal también esperaba Buenaventura Bernal, tío de un joven de 16 años de quien esperan la entrega del cadáver, y hermano de otro hombre que resultó quemado y que hoy fue sometido a una operación que "duró cinco horas".
"Ellos eran comerciantes, queremos que se apliquen las leyes porque de nada sirve que hagan leyes duras si no se aplican", detalló.
Sostuvo que la delincuencia es un fenómeno en el país que "ha ido en crecimiento" y que hasta ahora "no se ve una mejoría".
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pidió hoy a la población "no desesperarse y no caer en el error de que el Estado ha colapsado, y que el crimen organizado tiene más capacidad que las fuerzas de seguridad pública".
Esta es la primera vez que delincuentes incendian un autobús con sus pasajeros adentro en El Salvador, país donde la violencia deja entre 11 y 13 asesinatos por días, crímenes principalmente atribuidos a las pandillas.
EFE
En las afueras del Instituto de Medicina Legal, en San Salvador, decenas de personas, entre familiares y amigos, aguardan por noticias sobre la entrega de los cuerpos, mientras que otros se someten a pruebas de sangre para ayudar a la identificación de los cadáveres.
Oscar Gamero, quien perdió a su hija, detalló a Efe que "las personas están irreconocibles, de ellos no ha quedado nada".
El hombre afirmó que las autoridades de Medicina Legal les han prometido la entrega de los cuerpos en unos seis o siete días, ya que serán reconocidos mediante exámenes de ADN.
Gamero es padre de Mirna Patricia Pérez, una mujer que abordó el autobús en el centro de San Salvador, luego de haber cumplido su jornada de domingo como vendedora.
Las autoridades recuperaron 14 cuerpos calcinados del autobús al que supuestos pandilleros prendieron fuego en el municipio de Mejicanos, en el norte de la capital salvadoreña, un sitio asediado por las pandillas.
El hecho ocurrió, minutos después de que en una calle cercana sujetos armados atacaran otro vehículo del transporte colectivo en el que murieron a balazos dos niños y un hombre.
Por el incendio del vehículo la Policía Nacional Civil (PNC) ha capturado a una mujer y cinco hombres, así como a dos menores de edad, aunque no han logrado encontrar relación con el ataque a balazos de la otra unidad.
"Hoy me han tomado las muestras de sangre para hacer la prueba de ADN", dijo el hermano de María Paz Hernández, una mujer que volvía de un oficio religioso cuando el autobús fue desviado para posteriormente ser quemado, en el primer ataque de esta naturaleza en el país.
"Que el Gobierno vea por su pueblo, que se haga justicia. El pueblo está siendo quemado vivo", dijo el hombre, que prefirió no revelar su nombre.
Pidió además, que el Gobierno "desempeñe su papel y que vele por la seguridad del pueblo".
En las afueras de Medicina Legal también esperaba Buenaventura Bernal, tío de un joven de 16 años de quien esperan la entrega del cadáver, y hermano de otro hombre que resultó quemado y que hoy fue sometido a una operación que "duró cinco horas".
"Ellos eran comerciantes, queremos que se apliquen las leyes porque de nada sirve que hagan leyes duras si no se aplican", detalló.
Sostuvo que la delincuencia es un fenómeno en el país que "ha ido en crecimiento" y que hasta ahora "no se ve una mejoría".
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, pidió hoy a la población "no desesperarse y no caer en el error de que el Estado ha colapsado, y que el crimen organizado tiene más capacidad que las fuerzas de seguridad pública".
Esta es la primera vez que delincuentes incendian un autobús con sus pasajeros adentro en El Salvador, país donde la violencia deja entre 11 y 13 asesinatos por días, crímenes principalmente atribuidos a las pandillas.
EFE
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