Larry Long, quien metió a su hijo al horno, dejó la puerta entreabierta y no lo encendió; estaba ebrio y había fumado marihuana antes de llegar a casa.
La policía de Kentucky confirmó hoy que un bebé de cinco semanas que fue metido en el horno por su padre, borracho y bajo los efectos de la marihuana, se encuentra bien y ha sido retirado de sus padres y puesto bajo el cuidado de otros familiares.
Larry Long metió al niño en el horno, dejó la puerta entreabierta y no lo encendió, confirmaron las autoridades.
El suceso, según se supo hoy, tuvo lugar el domingo por la noche, cuando Long, que tiene 33 años y trabaja como cocinero en un restaurante del condado de McCraken, regresó a casa con una botella de whisky para compartirla con la madre del niño, Brandy Hatton.
El hombre, según un comunicado del sheriff del condado, Jon Hayden, había fumado marihuana antes de llegar a casa.
La madre del bebé, después de cuatro o cinco copas, se fue a la cama mientras que Long se quedó terminando la botella.
Sobre las 05.30 de la mañana (09.30 GMT) la madre se dio cuenta de que el niño lloraba y se percató de que el llanto provenía del horno, de donde lo retiró. Las autoridades aseguran que el bebé llevaba allí varias horas.
La policía llegó al lugar del suceso avisada por una dependencia siquiátrica a la que se había dado parte. El niño fue trasladado a un hospital, donde se comprobó que se encontraba bien de salud y en estos momentos ha sido entregado a otros familiares para que se hagan cargo de él, al menos temporalmente.
La policía ha arrestado a Long y le ha puesto una fianza de 10.000 dólares. Él asegura que actuó bajo los efectos de una marihuana que probablemente estaba tratada con algún alucinógeno extra.
EFE
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