El papa Francisco apareció en la audiencia del miércoles ya algo resfriado y, por la tarde, celebró la misa para la imposición de la ceniza. Pero al día siguiente optó por permanecer en su Residencia de Santa Marta.
El papa Francisco anunció este domingo que renunciaba a participar en unos ejercicios espirituales de seis días con la curia en Ariccia, al sur de Roma, a causa de un resfriado. "Desgraciadamente, un resfriado me obliga a no participar este año" en ese retiro de la Cuaresma, declaró el domingo tras la oración del Ángelus, oficiada en la plaza de San Pedro desde la ventana del palacio apostólico, durante el cual tuvo dos accesos de tos.
"No hay ninguna prueba que nos lleve a diagnosticar nada más que una leve indisposición", subrayó el domingo a la AFP el portavoz del vaticano, al ser preguntado por los medios, en plena epidemia del nuevo coronavirus.
El papa, de 83 años, tenía previsto pasar seis días en Ariccia a partir de este domingo. Allí debía oficiar una misa diaria y participar en los llamados ejercicios espirituales, dirigidos por un predicador jesuita, junto a miembros de la Curia romana. El jueves ya había reducido su agenda a causa de una "leve indisposición".
El miércoles ya estaba resfriado, cuando participó en dos actos al aire libre, lo que le llevó a cancelar su asistencia a una misa en la archibasílica de San Juan de Letrán, en Roma, al día siguiente.
Durante tres días, renunció a sus "audiencias" oficiales en el palacio apostólico y se quedó en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, donde vive. Sin embargo, continuó celebrando la misa matinal y recibiendo a los visitantes, como el jefe de la Iglesia griega-católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, con quien se reunió el sábado.
El papa, que tiene un pulmón defectuoso por una enfermedad que padeció cuando era joven y problemas de cadera, no suele cancelar sus citas.
(Con información de AFP)
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