Cerca de 55 kilómetros hacia Siberia es lo que ha recorrido el polo norte magnético de nuestro planeta, en el último año. ¿Qué implica este cambio y por qué se produce? Te lo explicamos aquí.
El Polo Norte Magnético de la Tierra se está moviendo de manera acelerada hacia Rusia, en los últimos años. Este año batió su récord a una velocidad de aproximadamente 54 kilómetros en 12 meses, según el British Geological Survey (BGS) y expertos estadounidenses del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA).
"Los registros magnéticos muestran que el Polo Norte magnético ha estado deambulando por Canadá desde 1590 hasta 1990 cuando de repente aceleró la velocidad de ganancia en los últimos 30 años, pasando de menos de 10 km (6.2 millas) por año a casi 60 km (37 millas) por año”, explica Claran Beggan, geofísico del BGS.
El científico agrega que este cambio no afecta para aquellos que se encuentran debajo del paralelo 55° norte, es decir, los países que están debajo de Canadá y Alaska, en América y debajo de Dinamarca y Rusia, en Europa y Asia. “Es el movimiento más rápido del que se tiene registro desde el siglo XIX”, dijo.
¿Qué involucra el cambio de posición?
El polo norte magnético es usado por los navegantes para indicar que hacia ese punto se ubica el norte en las brújulas. Esto implica que las brújulas y sistemas de GPS sufran un pequeño ajuste.
Cada cinco años, las dos organizaciones -la británica y la estadounidense- actualizan el Modelo Magnético Global (WMM, en inglés) a partir de 160 observatorios terrestres de magnetismo y varios satélites que orbitan la Tierra quince veces al día. Sin embargo, el reajuste llegará antes del tiempo estimado.
La causa real de este cambio del polo norte magnético aún es incierta, pero se debería a cambios que ocurren en el núcleo de la Tierra. Dentro del centro del planeta hay océanos de hierro y niquel fundido, que mientras se mantienen en movimiento generan el campo magnético.
La última vez que los polos magnéticos sur y norte cambiaron fue hace 780 mil años y este fenómeno habría ocurrido al menos unas 400 veces, en los últimos 330 millones de años de nuestro planeta (4,5 miles de millones de años es la edad de la Tierra, aproximadamente).
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