Los juegos, instalados a lo largo del muro fronterizo en las afueras de El Paso en Texas y Ciudad Juárez en México, fueron construidos por un par de profesores que buscan promover la unión entre ambos países.
Un mensaje de unión en el muro fronterizo entre Estados Unidos y México en medio de una crisis migratoria ha dejado la instalación de un grupo de 'sube y baja', un simple juego que recuerda aquellos tiempos en que los niños solo debían preocuparse en divertirse y no en huir de la violencia.
Los 'sube y baja', instalados a lo largo del muro fronterizo en las afueras de El Paso en Texas y Ciudad Juárez en México, fueron construidos por un par de profesores que buscan promover la unión pese a la división de un muro.
Se trata de Ronald Rael, profesor de arquitectura en la Universidad de California, Berkeley, y Virginia San Fratello, profesora asociada de diseño en la Universidad Estatal de San José, quienes idearon esta construcción hace 10 años y que ahora la han hecho realidad.
“El evento se trataba de traer alegría, emoción y unión en el muro fronterizo”, dijo Rael en su cuenta de Instagram, donde obtuvo una gran cantidad de reacciones y comentarios por parte de los usuarios.
“Se trataba de encontrar formar significativas en ambos lados con el reconocimiento de que las acciones que tienen lugar en un lado tienen consecuencia directa en el otro lado”, agregó.
Las políticas migratorias de Estados Unidos se han vuelto cada vez más duras bajo la administración de Donald Trump. La detención de migrantes y la separación de los niños de sus padres fueron algunas de las polémicas medidas de su gobierno.
El Tribunal Supremo de EE.UU. dio el visto bueno al Gobierno de Donald Trump para que utilice 2.500 millones de dólares previamente asignados al Pentágono para la construcción de tramos del muro fronterizo con México.
La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes centroamericanos comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos. El 7 de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos provenientes del segundo.
Como parte de este acuerdo, México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el Ejecutivo- y se contrató a más personal migratorio.
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