A pesar de algunas revueltas aisladas, cuatro millones de haitianos estaban convocados a las urnas para elegir en segunda vuelta al presidente que sustituirá a René Preval.
Haití celebró hoy en un ambiente general de relativa tranquilidad, aunque hubo incidentes aislados que dejaron dos muertos, la segunda vuelta de unas elecciones con las que busca iniciar una nueva etapa para salir de la profunda crisis económica, sanitaria y humanitaria que padece.
Cuatro millones de haitianos estaban convocados a las urnas para elegir en segunda vuelta al presidente que sustituirá a René Preval, quien abandonará el poder en mayo, así como a siete de sus treinta senadores y a 79 de los 99 diputados.
El Consejo Electoral Provisional dará a conocer los resultados preliminares el 31 de marzo y los definitivos el 16 de abril.
Hasta entonces no se sabrá cuál de los dos candidatos que superaron a fines de noviembre la primera vuelta, que son la exprimera dama Mirlande Manigat y el cantante Michel Martelly, será el próximo presidente de Haití.
El ganador tendrá que negociar con el partido que obtenga la mayoría parlamentaria la designación del primer ministro.
Aunque el ambiente fue tranquilo en el conjunto del país, las votaciones se vieron alteradas por violentos incidentes en lugares como Marchand Dessalines (norte) donde un hombre murió por disparos y tres personas resultaron heridas.
Además de esta localidad, donde la situación se complicó y hubo que cerrar cuatro centros de votación, el otro incidente grave de la jornada ocurrió en Marre Rouge (noroeste) cuando un joven de 25 a 30 años fue alcanzado por un disparo en el exterior de un centro de votación y murió.
Incidentes con disparos se produjeron también en otros lugares del país caribeño, como Gonaives (norte), Hinche (este) Ouanaminthe (noreste) y Jeremie (suroeste), aunque no se informó de heridos.
En todos los casos, los altercados estuvieron relacionados con intentos de alterar el desarrollo de la jornada de comicios.
La Policía detuvo a varias personas que circulaban con armas, pese a estar prohibido, y a otras que tenían indebidamente en su poder documentación electoral.
En la capital, los incidentes, que no fueron violentos, consistieron sobre todo en la demora en la entrega de material electoral y en la falta de papeletas de votación.
En Cité Soleil, e la periferia de Puerto Príncipe, grupos de personas irrumpieron en centros electorales e introdujeron numerosas papeletas en las urnas.
Además, muchos ciudadanos y miembros de mesas electorales denunciaron que no pudieron encontrar sus nombres en las listas, que faltaron urnas y que no les enviaron las hojas de recuento de votos.
Más allá de estas irregularidades, Haití llegó a estas elecciones en busca de cambios que alivien al pueblo de los padecimientos que soporta, tal como expresó uno de los votantes, Wendy Petit Homme.
"Haití necesita un cambio de imagen, un cambio social y un cambio económico", aseguró a Efe.
Según él, la población desea buscar con su voto soluciones a las dificultades que afectan a zonas como Cité Soleil, el mísero suburbio en el que vive, "donde hay muchos problemas de falta de vivienda, agua potable electricidad, desempleo y educación".
Se espera que la elección de un nuevo presidente y de un nuevo gobierno ayude a avanzar en el proceso de reconstrucción del país, devastado por los efectos del terremoto de 2010, que causó 316.000 muertos.
Además, el país más pobre de América enfrenta desde octubre otro nuevo azote, con la irrupción de una epidemia de cólera que ha causado más de 4.700 muertos y ha afectado a 258.000 personas.
La elección del nuevo presidente, en este contexto, puede contribuir a avanzar en la reconstrucción, declaró a Efe el nuevo embajador de España en Haití, Manuel Hernández Ruigómez.
"Hasta ahora lo que tenemos es un gobierno saliente y se esperaba la llegada de un nuevo presidente y un nuevo gobierno" para avanzar en el desembolso de las ayudas comprometidas por la comunidad internacional para los proyectos de reconstrucción, dijo.
Queda en el aire la incógnita de si la llegada del expresidente Jean Bertrand Aristide el pasado viernes, tras siete años de exilio, ha incidido de alguna forma en la preferencia de los votantes, como estiman algunos analistas.
De hecho, el gobierno de Estados Unidos desaconsejó su retorno en momentos en que el país atravesaba este decisivo proceso electoral para evitar interferencias, pero el ex mandatario desoyó estos mensajes.
EFE
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