Según fuente policial, al frente de la red figuraba un español, quien, presuntamente, dirigía diversas empresas cuya misión era ocultar y enmascarar el delito.
La Policía española desarticuló hoy una red internacional acusada de forzar a prostituirse a un centenar de mujeres procedentes del este de Europa y Sudamérica, en una operación en la que fueron detenidas 28 personas.
Fuentes policiales precisaron que el grupo dedicado a la explotación de mujeres, que actuaba en la región de Cataluña (noreste español), estaba integrado por ciudadanos brasileños, españoles, lituanos y ucranianos.
La investigación, que se inició tras alertar la Europol de Lituania de la existencia de una organización que explotaba sexualmente a mujeres en Cataluña, contó con la colaboración de las policías de Lituania y Brasil.
Según la fuente policial, al frente de la red figuraba un español, quien, presuntamente, dirigía diversas empresas cuya misión era ocultar y enmascarar los beneficios obtenidos con el ejercicio coactivo de la prostitución.
Actuaba en coordinación con otros miembros de la red afincados en diferentes localidades de Tarragona y Barcelona, que gestionaban y controlaban los prostíbulos y que colaboraban en la captación de las víctimas en sus países de origen y en su traslado hasta España.
Las mujeres tenían que soportar sanciones económicas y agresiones físicas si no cumplían las normas impuestas por la organización, agregó la Policía, que precisó que las jóvenes dormían hacinadas en una habitación en pésimas condiciones de sanidad e higiene. EFE
Fuentes policiales precisaron que el grupo dedicado a la explotación de mujeres, que actuaba en la región de Cataluña (noreste español), estaba integrado por ciudadanos brasileños, españoles, lituanos y ucranianos.
La investigación, que se inició tras alertar la Europol de Lituania de la existencia de una organización que explotaba sexualmente a mujeres en Cataluña, contó con la colaboración de las policías de Lituania y Brasil.
Según la fuente policial, al frente de la red figuraba un español, quien, presuntamente, dirigía diversas empresas cuya misión era ocultar y enmascarar los beneficios obtenidos con el ejercicio coactivo de la prostitución.
Actuaba en coordinación con otros miembros de la red afincados en diferentes localidades de Tarragona y Barcelona, que gestionaban y controlaban los prostíbulos y que colaboraban en la captación de las víctimas en sus países de origen y en su traslado hasta España.
Las mujeres tenían que soportar sanciones económicas y agresiones físicas si no cumplían las normas impuestas por la organización, agregó la Policía, que precisó que las jóvenes dormían hacinadas en una habitación en pésimas condiciones de sanidad e higiene. EFE
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