En menos de una semana, tres imágenes conmovieron e indignaron al mundo al retratar el drama de los migrantes latinos que escapan de la pobreza y violencia de sus países con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Estas son sus historias.
Una bebé salvadoreña que muere ahogada junto a su padre tratando de alcanzar el sueño americano por el río Bravo, una haitiana encerrada en un polvoriento centro migratorio que se desgañita suplicando ayuda, una nicaragüense y su hija en llanto violentamente detenidas en la frontera México-Estados Unidos. Estas tres imágenes, capturadas por fotógrafos y videastas en menos de una semana en México -paso obligado para los cientos de miles de migrantes que salen del resto de Latinoamérica e incluso horizontes transatlánticos con la esperanza de llegar a Estados Unidos- retratan el cada vez más crudo rostro del fenómeno migratorio en la región.
Son "indignantes", dice a la agencia AFP Javier Urbano, profesor investigador en estudios internacionales de la Universidad Iberoamericana, para quien México "es un laboratorio de ensayo" del presidente estadounidense, Donald Trump. El jefe de la Casa Blanca llegó al poder calificando a los migrantes de "criminales" y asegurando que México pagaría por un nuevo muro fronterizo. Ahora amenaza con imponer aranceles a las vitales exportaciones de su vecino del sur si no frena el flujo migratorio, principalmente de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños que huyen de la pobreza y violencia de sus países.
Bajo presión de Washington, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que llegó a la presidencia mexicana en diciembre prometiendo defender los derechos de los migrantes, ha desplegado más de 21.000 soldados y policías en sus fronteras para frenar a los indocumentados. Para Dolores París, investigadora del Colegio de la Frontera Norte, "hay una emergencia humanitaria y en vez de atenderla se está gastando una enorme cantidad de dinero en militarizar el país (...) Están deportando a toda velocidad, sin el debido proceso".
"Sin palabras"
La fotografía de los cuerpos sin vida del salvadoreño Óscar Martínez y su hija de casi dos años, Valeria, ahogados tratando de cruzar clandestinamente el río Bravo, se hizo viral el lunes y cundió la indignación. "Es lo más fuerte que me ha tocado cubrir en los últimos años", comenta el fotógrafo Abraham Pineda, director del sitio informativo EnlaceMx Noticias y quien inmortalizó la tragedia en el afluente que divide la mexicana Matamoros (Tamaulipas) de la estadounidense Brownsville (Texas). "Ver directamente a Valeria y Óscar a la orilla del río, ella con el brazo sobre el cuello de su papá como abrazándolo, me dejó sin palabras", agrega.
Trump dijo "odiar" la foto, argumentando que "el padre probablemente era un tipo fantástico" y culpando a los demócratas del Congreso por una falta de "leyes correctas". Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, recalca que estas declaraciones provengan de alguien "a quien le encanta demonizar a los migrantes como si fueran todos asesinos o narcotraficantes". "Una foto como esta puede llegarle incluso a alguien como Trump. Lo pone a la defensiva", dice el activista. De su lado, López Obrador dijo tener la "conciencia tranquila", pues considera "necesario mantener buenas relaciones" con Estados Unidos.
Para Urbano, es una "torpeza monumental pensar que al poner militares la migración parará", pues los centroamericanos buscarán caminos alternos pero más peligrosos. Desde octubre del año pasado, los migrantes dejaron las puntillas y el anonimato para empezar a cruzar la frontera de México en olas de multitudinarias caravanas, con el objetivo de protegerse de los peligros naturales de la selva y el desierto, así como de las extorsiones y secuestros del crimen organizado y las autoridades migratorias corruptas. Pero con el despliegue militar, "México y Estados Unidos quieren regresarlos a la oscuridad", advierte Urbano.
"¡Ayúdame!"
Otra imagen que causó consternación fue la de Fabiola, una haitiana recluida en un centro de detención de migrantes en la mexicana Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala. Tras un motín organizado por migrantes retenidos al grito de "¡Libertad!", la mujer se echó al polvoriento piso intentando asomar la cara por debajo del portón del establecimiento, y con el rostro cubierto de lágrimas suplicaba en un accidentado español ayuda para su pequeño hijo. "¡Está enfermo, muchos días, está sufriendo mucho, poquita comida, no hay agua potable. Ayúdame por favor, ayúdame, ayúdame!", gritó la mujer hasta quedar afónica.
"Las imágenes que yo misma he visto son muy impresionantes, pero los datos son todavía más impactantes", comenta París, al denunciar que los niños son "encerrados con adultos en hacinamiento, sin atención médica, sin higiene". Según la experta, un centro de detención de la cercana Tuxtla Gutiérrez presenta una sobrepoblación de 400%. En tanto, las superadas autoridades estadounidenses reportan un pico en la llegada de migrantes: solo en mayo se contabilizaron 144.000 detenciones, mientras el principal funcionario de control fronterizo anunció el martes su renuncia en plena polémica por las alarmantes condiciones de detención de los niños migrantes.
Revictimización
El fin de semana, una fotógrafa de AFP capturó el momento en que dos mujeres y una niña de Nicaragua, perseguidas en su país, fueron detenidas con forcejeos por miembros fuertemente armados de la Guardia Nacional de México, mientras intentaban cruzar el Río Bravo desde la mexicana Ciudad Juárez para llegar a la estadounidense El Paso. Para París, los migrantes viven una "revictimización". "Huyen de la persecución o violencia generalizada y llegan a México para que les arranquen a los niños, los encierren y los deporten al lugar peligroso" que querían evitar, explica.
La injerencia en migración de la Guardia Nacional de México, creada recientemente y cuyo propósito era combatir el crimen organizado, ha sido criticada por estar conformada por militares a los que solo se les ha colocado una insignia de "GN", sin haber recibido la preparación que legalmente deben tener en asuntos civiles o migratorios. Esto "es el síntoma de la urgencia de personal con el perfil adecuado. Evidentemente las consecuencias son devastadoras", apunta Urbano. AFP
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