En varios países del mundo la violación sexual se castiga con la pena capital, medida que busca disuadir a los potenciales agresores.
Según el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), la violación sexual es el delito más frecuente que se comete en el país, después del robo agravado. Hasta 2015 existen 11 mil 200 varones internados por abusar sexualmente de menores y adultos, según Julio Magán, presidente del INPE.
Indignación. Casos como el profesor que violó a al menos 17 alumnas en Cajabamba o del joven que ultrajó y asesinó a su media hermana han causado estupor en la población, que ha puesto sobre el tapete la posibilidad de implantar la pena de muerte para estos casos.
Pena capital. Este tipo de castigo, de aplicarse, no sería exclusividad del Perú, ya que un gran número de países alrededor del orbe penan con la muerte el delito de violación sexual.
¿Qué países la aplican? Con distintos matices, la violación sexual se castiga con la muerte en Egipto, Uganda, Bangladesh, China, Corea del Norte, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Irak, Pakistán, Palestina, Siria, Sri Lanka, Tailandia, Tayikistán y Vietnam.
El caso peruano. Pero, ¿se podría aplicar la pena de muerte en nuestro país? Según la coordinadora académica y de investigaciones del IDEHPUCP, Renata Bregaglio, en el Perú no es posible sancionar los asesinatos o violaciones con pena de muerte.
¿La razón? El Perú ratificó en julio de 1978 la llamada Convención Americana sobre Derechos Humanos (también conocida como Pacto de San José), que entre otras cosas impide a los países extender la pena de muerte para delitos que no estuvieran ya contemplados con anterioridad en sus territorios.
Algo de historia. Y cuando el Perú ratificó el tratado, recuerda Bregaglio, estaba vigente la pena de muerte para los delitos de “traición a la patria en caso de guerra exterior”, “homicidio calificado” y otros supuestos.
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