Las memorias de Tony Blair publicadas hoy con el título de "Un Viaje" han comenzado a levantar ya ampollas.
Las memorias de Tony Blair publicadas hoy con el título de "Un Viaje" han comenzado a levantar ya ampollas.
El vespertino Evening Standard critica al ex líder laborista por haber violado la convención según la cual lo que se habla en las audiencias reales debe permanecer secreto
El líder sindical Bob Crow acusó hoy a su vez a Blair de "revolcarse en la autocompasión y en la autopromoción" mientras que Charlie Whelan, ex asesor para prensa de Blair, calificó el libro de "basura".
Blair se atribuye incluso la idea de conceder la independencia al Banco de Inglaterra nada más asumir el poder en 1997, quitándole el mérito exclusivo a su ministro de Finanzas y luego sucesor, Gordon Brown.
Según Blair, la decisión fue suya aunque la tomó de acuerdo con Brown y dejó que fuera éste quien la anunciase para realzar su estatura política sin miedo a que éste le eclipsara porque, según explica, no le ha importado nunca tener a gente importante a su alrededor.
Por lo que se refiere a sus conversaciones con la Reina, Blair habla de una visita al palacio de Balmoral (Escocia) donde se volvió a hablar del funeral de la princesa Diana de Gales.
"Yo me sentía nervioso. Ella (la Reina) también. Yo hablé, tal vez sin la sensitividad que debía haber demostrado, de la necesidad de aprender lecciones (con lo ocurrido). Me preocupó después que pensara de mí que estaba dándole lecciones o que era presuntuoso".
"En algunos momentos de la conversación (Isabel II) asumió una postura de cierta altivez, pero al final ella misma dijo que había que aprender ciertas lecciones (...)", escribe Blair.
En otro pasaje del libro, el ex primer ministro describe una barbacoa con la familia real en la que el príncipe Felipe, esposo de la Reina, cocinó y otros miembros de la familia real sirvieron y no fregaron los platos.
"Se creerá que bromeo, pero no. Se pusieron los guantes y metieron las manos en el fregadero. Uno está allí sentado después de la comida, la Reina te pregunta si has terminado y se lleva los platos al fregadero".
Sobre Diana de Gales dice que conectó inmediatamente con ella y la recuerda como una persona sencilla y encantadora, pero también obstinada y muy emocional.
"Éramos cada uno a nuestra manera manipuladores", escribe el ex líder laborista refiriéndose a su habilidad para manipular los sentimientos de otras personas.
Entre las cosas que cuenta Tony Blair en el libro está la de la ayuda que le prestó el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para que Londres consiguiera los Juegos Olímpicos de 2012.
Blair fue a visitarle a su casa de Cerdeña y Berlusconi le dijo entonces: "Eres mi amigo. No te prometo nada, pero veré si puedo ayudarte". EFE
El vespertino Evening Standard critica al ex líder laborista por haber violado la convención según la cual lo que se habla en las audiencias reales debe permanecer secreto
El líder sindical Bob Crow acusó hoy a su vez a Blair de "revolcarse en la autocompasión y en la autopromoción" mientras que Charlie Whelan, ex asesor para prensa de Blair, calificó el libro de "basura".
Blair se atribuye incluso la idea de conceder la independencia al Banco de Inglaterra nada más asumir el poder en 1997, quitándole el mérito exclusivo a su ministro de Finanzas y luego sucesor, Gordon Brown.
Según Blair, la decisión fue suya aunque la tomó de acuerdo con Brown y dejó que fuera éste quien la anunciase para realzar su estatura política sin miedo a que éste le eclipsara porque, según explica, no le ha importado nunca tener a gente importante a su alrededor.
Por lo que se refiere a sus conversaciones con la Reina, Blair habla de una visita al palacio de Balmoral (Escocia) donde se volvió a hablar del funeral de la princesa Diana de Gales.
"Yo me sentía nervioso. Ella (la Reina) también. Yo hablé, tal vez sin la sensitividad que debía haber demostrado, de la necesidad de aprender lecciones (con lo ocurrido). Me preocupó después que pensara de mí que estaba dándole lecciones o que era presuntuoso".
"En algunos momentos de la conversación (Isabel II) asumió una postura de cierta altivez, pero al final ella misma dijo que había que aprender ciertas lecciones (...)", escribe Blair.
En otro pasaje del libro, el ex primer ministro describe una barbacoa con la familia real en la que el príncipe Felipe, esposo de la Reina, cocinó y otros miembros de la familia real sirvieron y no fregaron los platos.
"Se creerá que bromeo, pero no. Se pusieron los guantes y metieron las manos en el fregadero. Uno está allí sentado después de la comida, la Reina te pregunta si has terminado y se lleva los platos al fregadero".
Sobre Diana de Gales dice que conectó inmediatamente con ella y la recuerda como una persona sencilla y encantadora, pero también obstinada y muy emocional.
"Éramos cada uno a nuestra manera manipuladores", escribe el ex líder laborista refiriéndose a su habilidad para manipular los sentimientos de otras personas.
Entre las cosas que cuenta Tony Blair en el libro está la de la ayuda que le prestó el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para que Londres consiguiera los Juegos Olímpicos de 2012.
Blair fue a visitarle a su casa de Cerdeña y Berlusconi le dijo entonces: "Eres mi amigo. No te prometo nada, pero veré si puedo ayudarte". EFE
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