Emanuela Orlandi era una ciudadana vaticana (su padre era un empleado de la Santa Sede y vivía dentro de los muros vaticanos) que desapareció el 22 de junio de 1983 con 15 años cuando salió de casa para acudir a sus clases de música en Roma y se ha convertido en uno de los grandes misterios de la historia italiana.
La Fiscalía de Roma abrió hoy una nueva investigación sobre la desaparición en 1983 de la joven residente en el Vaticano Emanuela Orlandi, uno de los grandes misterios del país, y contará con la colaboración de las autoridades de la Santa Sede.
Se trata de la tercera apertura de las investigaciones por parte de la Fiscalía de Roma, tras las que sucedieron a la desaparición de la muchacha, llevadas a cabo entre 1983 y 1997 y entre 2008 y 2015, ambas sin éxito, según avanzan hoy los medios locales.
Sin embargo ahora el fiscal romano Stefano Luciani colaborará con el procurador (fiscal) vaticano, Alessandro Diddi, para tratar de esclarecer lo ocurrido hace exactamente cuarenta años.
Orlandi era una ciudadana vaticana (su padre era un empleado de la Santa Sede y vivía dentro de los muros vaticanos) que desapareció el 22 de junio de 1983 con 15 años cuando salió de casa para acudir a sus clases de música en Roma y se ha convertido en uno de los grandes misterios de la historia italiana.
Su desaparición, que ha vuelto a ser noticia después del estreno del nuevo documental «Vatican Girl» («La chica del Vaticano») en Netflix, fue relacionada en varias investigaciones periodísticas con el atentado contra Juan Pablo II en 1981 en la plaza de San Pedro del Vaticano a manos del terrorista turco Ali Agca.
También se habló de una red de pederastas y se señaló a la Banda della Magliana, la mafia de Roma de la década de los años 70 y 80, que pudo haber actuado por orden del fallecido arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del IOR, el banco vaticano.
Ninguna de las investigaciones arrojó resultados pero su familia en este tiempo no se ha cansado de exigir verdad y justicia.
Su hermano Pietro Orlandi fue escuchado el pasado 12 de abril por primera vez por el fiscal vaticano, que a finales del pasado año decidió reabrir las indagaciones.
El hermano de Emanuela Orlandi entregó al fiscal toda la información en su posesión y le pidió que se interrogue a todos los cardenales y hombres de la curia que podrían saber qué sucedió.
Poco después el hermano acusó desde el programa televisivo "DiMartedì" al papa y ahora santo Juan Pablo II de salir a menudo de los muros vaticanos de noche con algunos obispos a buscar jóvenes, unas palabras lamentadas y tachadas de "locura" por la Santa Sede.
En el plano político, el pasado marzo el Parlamento italiano aprobó la creación de una comisión para esclarecer las desapariciones sin resolver de dos chicas, la propia Orlandi y Mirella Gregori, ambas en 1985.
(EFE)
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