El brasileño sostuvo que daba de beber vino al niño de solo 2 años antes de clavarles las agujas en el cuerpo.´Lo hacía para alcanzar a la madre´ declaró.
Roberto Carlos Magalhes, padrastro del niño de dos años internado con 42 agujas en el cuerpo, confesó que clavó esos objetos en un ritual de magia negra para vengarse de la madre del menor.
"Yo le daba al niño un poquito de vino fuerte con agua, el niño bebía y se desmayaba, y allí le colocaba las agujas. Lo hacía para alcanzar a la madre" declaró, según da cuenta la agencia Ansa Latina.
El sujeto, de 30 años, fue arrestado junto a su amante, Angelina Ribeiro dos Santos, quien habría sido la instigadora de las pinchaduras.
También está detenida otra mujer, que habría bendecido el ritual, por ser una "madre de santo", tal como se conoce a las "cultoras" de las religiones de origen africano, muy populares en Bahía.
El niño continúa internado en un hospital de Salvador de Bahía, tras haber sido sometido a una cirugía en la que se le extrajeron 4 agujas, dos del corazón y dos de los pulmones. Sin embargo, el menor aún tiene decenas de éstas distribuidas en su cuerpo.
El caso fue analizado por el antropólogo Claudio Luiz Pereira, de la Universidad Federal de Bahía, quien dijo que aún no está claro si el padrastro del niño y sus presuntos cómplices practicaron un ritual.
El hecho muestra elementos aleatorios del vudú, como "pinchar a la víctima, de forma similar como se hace con muñecos" y del catolicismo como utilizar "agua bendita".
"Yo le daba al niño un poquito de vino fuerte con agua, el niño bebía y se desmayaba, y allí le colocaba las agujas. Lo hacía para alcanzar a la madre" declaró, según da cuenta la agencia Ansa Latina.
El sujeto, de 30 años, fue arrestado junto a su amante, Angelina Ribeiro dos Santos, quien habría sido la instigadora de las pinchaduras.
También está detenida otra mujer, que habría bendecido el ritual, por ser una "madre de santo", tal como se conoce a las "cultoras" de las religiones de origen africano, muy populares en Bahía.
El niño continúa internado en un hospital de Salvador de Bahía, tras haber sido sometido a una cirugía en la que se le extrajeron 4 agujas, dos del corazón y dos de los pulmones. Sin embargo, el menor aún tiene decenas de éstas distribuidas en su cuerpo.
El caso fue analizado por el antropólogo Claudio Luiz Pereira, de la Universidad Federal de Bahía, quien dijo que aún no está claro si el padrastro del niño y sus presuntos cómplices practicaron un ritual.
El hecho muestra elementos aleatorios del vudú, como "pinchar a la víctima, de forma similar como se hace con muñecos" y del catolicismo como utilizar "agua bendita".
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