La ciudadana colombo-francesa, quien fue rehén de las FARC, dijo que el libro ha supuesto para ella una forma de "reencontrarse con sus propias medidas" y todo un trabajo de constancia.
La ciudadana colombo-francesa Ingrid Betancourt asegura que escribir el libro "Même le silence a une fin", que se publicará en Francia el próximo 21 de septiembre, ha supuesto toda una "terapia" para superar su experiencia durante más de seis años como rehén de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
En una entrevista que publica el diario italiano "La Repubblica", Betancourt explica los motivos que le han llevado a escribir ese libro, que aborda la experiencia de su secuestro a manos de la guerrilla colombiana y de cuya edición en castellano se encargará Santillana.
"Me encuentro serena. Este libro ha sido también mi terapia. Me dije: necesito reconstruir todas mis relaciones. Necesito reencontrar a mi familia e hijos. Muchas veces en estos meses había conseguido hablar de ello, pero era difícil incluso con ellos. El libro ha sido una cura", comenta la colombo-francesa.
Betancourt, quien vive actualmente en París, explica que el libro ha supuesto para ella una forma de "reencontrarse con sus propias medidas" y todo un trabajo de constancia, ya que todos los días escribía a mano la obra, desde las 9 de la mañana y hasta las 5 de la tarde.
"Mi mundo era un escritorio, un montón de papel, y alguna barra de chocolate. Escribía todo y antes de escanearlo y enviárselo a mi editorial, se lo leía a mi madre. Llorábamos juntas. Reíamos juntas. Desde enero de 2009 hasta Navidad he estado así", explica.
La ex parlamentaria colombiana, quien afirma que nunca pensó en el suicidio durante su cautiverio, asegura que este libro es además "el intento de contar cómo la vida no avanza siempre linealmente", pues, dice, no todo es blanco o negro.
"En el libro cuento que en los últimos meses me estaba dejando ir: pero ésa es la aceptación de la muerte como la última forma de libertad. No, en el suicidio, nunca pensé", apunta Betancourt.
Comenta además que, desde que fue liberada en 2008, va a misa todos los domingos y que ha tenido tiempo para que su familia y amigos le pusieran al día con las películas que no pudo ver durante el cautiverio, tiempo tras el que se ha dado cuenta de que "la libertad es una reconquista cotidiana".
"Olvidar es imposible. Pero recordar debe poder elevar a quien escribe y lee, y no hacerle caer más abajo en el horror inconfesable", afirma Betancourt.
EFE
En una entrevista que publica el diario italiano "La Repubblica", Betancourt explica los motivos que le han llevado a escribir ese libro, que aborda la experiencia de su secuestro a manos de la guerrilla colombiana y de cuya edición en castellano se encargará Santillana.
"Me encuentro serena. Este libro ha sido también mi terapia. Me dije: necesito reconstruir todas mis relaciones. Necesito reencontrar a mi familia e hijos. Muchas veces en estos meses había conseguido hablar de ello, pero era difícil incluso con ellos. El libro ha sido una cura", comenta la colombo-francesa.
Betancourt, quien vive actualmente en París, explica que el libro ha supuesto para ella una forma de "reencontrarse con sus propias medidas" y todo un trabajo de constancia, ya que todos los días escribía a mano la obra, desde las 9 de la mañana y hasta las 5 de la tarde.
"Mi mundo era un escritorio, un montón de papel, y alguna barra de chocolate. Escribía todo y antes de escanearlo y enviárselo a mi editorial, se lo leía a mi madre. Llorábamos juntas. Reíamos juntas. Desde enero de 2009 hasta Navidad he estado así", explica.
La ex parlamentaria colombiana, quien afirma que nunca pensó en el suicidio durante su cautiverio, asegura que este libro es además "el intento de contar cómo la vida no avanza siempre linealmente", pues, dice, no todo es blanco o negro.
"En el libro cuento que en los últimos meses me estaba dejando ir: pero ésa es la aceptación de la muerte como la última forma de libertad. No, en el suicidio, nunca pensé", apunta Betancourt.
Comenta además que, desde que fue liberada en 2008, va a misa todos los domingos y que ha tenido tiempo para que su familia y amigos le pusieran al día con las películas que no pudo ver durante el cautiverio, tiempo tras el que se ha dado cuenta de que "la libertad es una reconquista cotidiana".
"Olvidar es imposible. Pero recordar debe poder elevar a quien escribe y lee, y no hacerle caer más abajo en el horror inconfesable", afirma Betancourt.
EFE
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