Dzhokhar Tsarnaev escuchó en el tribunal las descripciones de los momentos posteriores a las explosiones y de las heridas de boca de los propios supervivientes.
El juez encargado del caso del atentando del maratón de Boston de 2013 decidió hoy, en la segunda jornada del juicio, escuchar los duros testimonios de los supervivientes de aquel ataque que dejó 3 muertos y 260 heridos.
Dzhokhar Tsarnaev, que junto con su fallecido hermano, Tamerlán, perpetró el atentado con bomba, escuchó en el tribunal las descripciones de los momentos posteriores a las explosiones y de las heridas de boca de los propios supervivientes.
Uno de los testimonios más tristes de lo que ocurrió aquella mañana del 15 de abril de 2013 fue el de la agente de policía Lauren Woods, que estaba en un edificio cercano a la línea de meta cuando ocurrió la explosión y socorrió a las víctimas, entre ellas la estudiante china Lu Lingzi.
La agente explicó cómo se encontró a Lu en el lugar de la segunda explosión con gravísimas heridas en el torso y las piernas y cómo la joven de 23 años temblaba, vomitaba y su vista se perdía por las convulsiones.
Pese a los intentos de contener las hemorragias, llamarla por su nombre y de practicarle un masaje cardiorrespiratorio, Lu perdió la consciencia y falleció poco después.
La defensa ha intentado que el juez rechazara escuchar este tipo de testimonios en el juicio que comenzó ayer, ya que, en su opinión, en casos de pena de muerte como este esas narraciones deben retrasarse a la segunda fase del proceso.
La defensa de Tsarnaev reconoció ayer que su cliente colocó la segunda bomba en la línea de meta.
La estrategia de la defensa es presentar a Dzhokhar como una persona influenciada por su hermano mayor, Tamerlán, quien falleció en una persecución con la Policía varios días después del atentado, en la que también resultó muerto a tiros un agente del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
La jornada de hoy contó con el testimonio de Jeff Bauman, quien perdió ambas piernas por la primera explosión, y recordó que se cruzó con Tamerlán y ambos intercambiaron miradas antes de la explosión.
Los testimonios de hoy incluyeron también al de Alan Hern, que se encontraba en el lugar de la segunda explosión, en el que también falleció Martin Richard, de 8 años.
Hern, que asistía a la maratón con su hija de 10 años y su hijo de 11, explicó que se encontró a su hijo cubierto de hollín por la explosión y con una gran herida en la pierna izquierda ocasionada por la metralla.
EFE
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