La niña Nohora Valentina Muñoz, de 10 años, hija del alcalde de Fortul, Jorge Enrique Muñoz, fue entregada el lunes a miembros de la Cruz Roja, para luego retornar a su casa sana y salva.
La entrega de la niña Nohora Valentina Muñoz, de 10 años, al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) puso fin este lunes a un secuestro que mantuvo en vilo a Colombia durante 18 días sin que tras el final feliz se conozca quién estuvo detrás de ese extraño episodio.
La menor, de 10 años e hija del alcalde Jorge Enrique Muñoz, de Fortul, una localidad del departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, fue entregada a miembros del CICR en torno a las seis de la tarde del lunes (23.00 GMT) y horas después llegaba, sana y salva, a su casa.
Nohora Valentina fue secuestrada el 29 de septiembre a las puertas del colegio público de Fortul junto a su madre, Pilar Gutiérrez, pero ésta fue liberada después; y hasta hoy no hubo noticias de la menor.
El CICR, a petición de la familia, buscó los contactos para mediar en la liberación, en medio de un gran despliegue militar y acciones armadas en la zona con el propósito de rescatar a la niña.
El pasado viernes, la Cruz Roja pidió un alto el fuego a la Fuerza Pública para ir a algún lugar a recibir a Nohora Valentina, sin éxito, ya que no fue liberada; y hoy los secuestradores volvieron a citar a la misión humanitaria para, finalmente, hacer la entrega.
La pequeña llegó en la noche de este lunes a su hogar en brazos de su padre, asombrada por la multitud que la esperaba, en una camioneta del CICR que primero la trasladó a la sede de la Alcaldía.
Horas antes, el presidente Juan Manuel Santos había anunciado a través de su cuenta de Twitter la buena nueva: "celebramos la liberación de Nohora Valentina. Agradecemos al CICR por su gestión".
"Me dejaron en una vereda, cerca de una carretera, unos campesinos me encontraron. Ellos llamaron a la Cruz Roja y gracias a ellos estoy aquí", dijo Nohora Valentina a los periodistas en su casa, donde también señaló que la trataron "muy bien", le dieron "de comer todos los días" y dormía "en una colchoneta".
La desilusión del pasado viernes, cuando la familia creyó que había llegado la hora del reencuentro, hoy se revertió en júbilo en Fortul, donde en las últimas semanas se habían realizado varias marchas de ciudadanos para pedir la liberación.
"Ahora está con sus papás", confirmó a Efe por teléfono el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Jordi Raich, desde Fortul, a donde viajó para llevar a cabo su primera misión en Colombia, dado que sólo lleva un mes al frente de la organización humanitaria en este país.
Raich confirmó que la entrega se produjo en una zona rural de Arauca, sin dar detalles sobre los secuestradores.
Arauca es una región rica en petróleo y ganadería y donde hay presencia de las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Sin embargo, ambos grupos guerrilleros habían asegurado que ninguno de ellos tenía en su poder a Nohora Valentina.
El comandante de la décima octava Brigada del Ejército, el general Jaime Reyes, advirtió a los periodistas en Arauca, capital del departamento del mismo nombre, de que la zona donde se produjo la liberación es de influencia de las FARC, aunque no pudo confirmar que esta guerrilla estuviera implicada.
Esa situación llevó al CICR a llamar la atención, en un comunicado, por el hecho de que "los niños y niñas son particularmente vulnerables en los conflictos armados", al tiempo que expresó su satisfacción por el fin del secuestro.
"Nos alegra mucho que Nohora Valentina se haya reunido con su familia tras esta dolorosa separación", expresó Adolfo Beteta, delegado del CICR en la zona de Arauca.
Beteta es un veterano en misiones de recogida de secuestrados en Colombia, ya que en los últimos años ha formado parte de las misiones del CICR que han viajado a la selva a recibir cautivos de las FARC con el apoyo de gobiernos extranjeros y organizaciones no gubernamentales, como Colombianos y Colombianas por la Paz.
EFE
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