La doctora Yuriko Nakashima Paniagua indicó que los canes ayudan a los pacientes en rehabilitarse tanto física como psicológicamente en la Unidad de cuidados Paliativos del Hospital Civil de Guadalajara.
La Unidad de cuidados Paliativos del Hospital Civil de Guadalajara, México, acoge a unos 11 mil niños al año que padecen de enfermedades incurables. Ellos reciben ayuda para reducir su dolor y mejorar su rehabilitación física en un hospital que dentro de sus instalaciones cuenta con salas de juegos y canes.
El nosocomio, único en su tipo en este país, tiene como meta mejorar la calidad de vida de los niños para que tanto ellos como sus familiares encuentren un poco de paz. La coordinadora de la unidad, la doctora Yuriko Nakashima Paniagua, explicó que se atienden a menores con enfermedades como cáncer, quemaduras, insuficiencia renal, cardiopatías, trastornos neurológicos, así como bebés prematuros y con malformaciones congénitas graves.
La luz, los colores y la aromaterapia inundan el ambiente de la unidad. Aquí llegan los pacientes "que nadie quiso atender" por lo avanzado de su enfermedad, o "a los que ya no les queda más esperanza", asegura la especialista.
Además de la terapia con juegos y la ayuda de psicólogos, los niños tienen un espacio de rehabilitación y camas de hospital decorado con imágenes de mariposas y de astronautas les dan la bienvenida. En este espacio no podía faltar la ayuda del mejor amigo del hombre: el perro.
Un par de canes adiestrados ayudan en la rehabilitación física y psicológica de los niños. E incluso acompañan emocionalmente a los que más sufren. Con su simpatía, estimulan a los niños a moverse, a socializar y a perder el miedo; lanzarle la pelota para que el perro la atrape es la terapia física más sutil y estimulante para los menores, afirma Nakashima.
Los perros, dijo, ayudan a los pacientes por ejemplo en rehabilitación o en el área del hospital de día para que realicen sus terapias o para que no tengan tanto temor cuando tienen transfusiones o cuando les tienen que colocar sondas en las venas.
"Los perros relajan al chiquito, es acompañamiento emocional", asegura esta coordinadora.
EFE
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