Tras seis meses de limitaciones a la movilidad, con cierres perimetrales en las regiones y toque de queda nocturno, España estrena un nuevo periodo, con restricciones más laxas.
Miles de jóvenes salieron esta madrugada a las calles y plazas de las grandes ciudades españolas para celebrar el fin del estado de alarma, sin medidas de seguridad contra la pandemia, lo que obligó a actuar a la policía en muchas ocasiones.
Tras seis meses de limitaciones a la movilidad, con cierres perimetrales en las regiones y toque de queda nocturno, España estrena hoy un nuevo periodo, con restricciones más laxas y avisos de precaución, para que no repunte la pandemia de coronavirus.
NOCHE DE FIESTAS
En Madrid, la primera noche sin estado de alarma ni toque de queda fue una multitudinaria celebración de miles de jóvenes bebiendo, y bailando en las calles y plazas más céntricas de la capital, que parecían festejar la Nochevieja.
De hecho, en la Puerta del Sol, donde cada 31 de diciembre se celebra el fin de año, la Policía Local tuvo que desalojar la zona ante la concentración de gente que esperaba a que el icónico reloj de la plaza marcara las doce de la noche y decayese el estado de alarma.
Lo mismo ocurrió en Barcelona, donde la medianoche se recibió con petardos y gritos de alegría, y a partir de entonces por las calles de la ciudad empezaron a circular barceloneses y turistas dispuestos a reencontrarse con la noche, después de meses de toque de queda, que dejaba las calles vacías antes de medianoche.
Otros muchos barceloneses optaron por fiestas en pisos particulares, pues por primera vez en meses no había que mirar el reloj para volver a casa cumpliendo con la normativa.
La situación se repitió en otras ciudades españolas como Sevilla, Salamanca, Bilbao o San Sebastián.
Pero si la noche fue de fiesta para los jóvenes, para la policía fue un tiempo de trabajo, ya que tuvieron que actuar para disolver muchas de esas concentraciones.
En Madrid, esta madrugada hubo más de 450 intervenciones de la Policía Municipal, informó hoy el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, quien tildó de “lamentables” las escenas vividas.
Algo similar ocurrió en Barcelona, donde los agentes desalojaron a unas 6.500 personas en 31 puntos de la ciudad por formar aglomeraciones y no cumplir con las medidas para evitar contagios por la covid-19, una actitud que la Policía regional de Cataluña calificó hoy como “insolidaria”.
PREOCUPACION ANTE LAS REUNIONES MASIVAS
Las imágenes vividas esta madrugada de aglomeraciones de personas, sin ninguna prevención, ha causado preocupación entre las autoridades.
Uno de los primeros en reaccionar fue el exministro de Sanidad Salvador Illa, actualmente líder de los socialistas catalanes, quien este domingo pidió "responsabilidad" y que se respeten las recomendaciones sanitarias porque, aunque se haya acabado el estado de alarma, "la pandemia continúa".
"Hay que ser constantes en el seguimiento de las recomendaciones sanitarias y en el ejercicio de la responsabilidad", indicó Illa en un mensaje a través de las redes sociales.
También el alcalde de Madrid insistió este domingo en que la libertad, de la que ha hecho bandera su partido, el conservador PP, "no consiste en hacer botellones", que es como se llama en España a las reuniones de jóvenes al aire libre para beber y escuchar música.
UNA NUEVA NORMALIDAD
España deja desde hoy de estar en estado de alarma, lo que significa que se podrá viajar entre regiones -salvo en áreas concretas de alta incidencia que sean susceptibles de poder cerrarse- y el toque de queda se levantará de forma generalizada en los territorios.
Esta medida excepcional, que supuso una limitación de derechos, con limitaciones en la movilidad, se aprobó en marzo del año pasado para contener y poner freno a la COVID-19 y, tras levantarse en junio, se volvió a establecer en octubre, en plena segunda ola de la pandemia.
El Gobierno obtuvo entonces la autorización del Congreso para que fuera por un periodo de seis meses, que finalizó a las 24.00 horas de ayer.
Hoy, con la pandemia en retroceso, España vuelve a lo que se ha dado en llamar "nueva normalidad", ya que, aunque se recupera la movilidad, habrá que seguir cumpliendo ciertas medidas de seguridad como el uso de la mascarilla, una cierta limitación de aforos y distancia interpersonal.
Porque el virus todavía está activo y no cesan los nuevos casos detectados y los fallecimientos, aunque está el respiro del avance en la vacunación, con más de 19 millones de dosis administradas sobre una población de 47,3 millones de habitantes. EFE
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